¡UNA VEZ MÁS, MI QUERIDO
VILLAR DE GALLIMAZO Y LOS INOCENTES RECUERDOS DE UN NOSTÁLGICO!.
! Hace ya algunos días pasaba yo, obviamente en automóvil, como a unos cinco kilómetros de mi querido Villar de Gallimazo, y la efigie de su
caserío complementado con el su
Iglesia, y por supuesto, de lo que queda de la elegante efigie del
edificio de la Iglesia y por supuesto la del que albergó a la
estación del ferrocarril, tan admirada por mí. El lugar de mi posición ese día, era exactamente la del cruce
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