En el petril de la derecha del
puente, sobre el primer
arco saliendo de la Ciudad, existió durante muchos siglos un gigantesco
toro de
piedra. El toro fue derribado el día 2 de octubre de 1834, por orden del Jefe Político D. José Cambronero; cayo a la orilla del Tormes y allí permaneció medio enterrado hasta el día 17 de junio de 1867, en el que fue recogido por la Comisión Provincial de
Monumentos y trasladado al
Museo, si bien hecho tres piezas.