LAGUNILLA: Permitanme dejarle estos cuatro renglones, aunque no...

Permitanme dejarle estos cuatro renglones, aunque no soy de Lagunilla, nací no muy lejos de ahí.

ÁNGELES LUCHADORES

En esas preciosas tardes
cuando el sol se va marchando,
los chiquillos por la calle
alegres siguen jugando.

Cantan en la plazoleta
viejas y bellas canciones,
y al recordar nuestra infancia
nos vuelven las ilusiones.

*A la lucha mis valientes,
con la espada y con los dientes*

Porque cuando era chiquillo
también lo cantaba yo,
con mi espada de madera
y mi escudo de cartón.

Y las niñas en el corro
con voz que a gloria me suena,
cantan aquella canción.
¡Arroyo claro, fuente serena!

Poder volver a escucharlas
me ha llenado de alegría,
en un rincón de mi mente
estaban casi perdidas.

Hoy he podido sentir
que aun tengo alma de niño,
y queriendo comprobarlo
me he acercado a los chiquillos.

¡Seré vuestro capitán!
con voz firme le he gritado.
Unos se acercan contentos,
otros, un poco asustados.

¡Explícanos tus batallas,
dinos que tropa tenias!
Y mis ojos se han llenado
con lágrimas de alegría.

Mi alma antigua de niño
que ya creía perdida,
hoy he vuelto a recobrarla
con ilusión desmedida.

Los chiquillos a mis piernas
se abrazan emocionados,
al escuchar las batallas
de aquellos bravos soldados.

Sus madres por la ventana
le gritan, HAY QUE DORMIR,
y dicen frunciendo el ceño
¡Ya nos tenemos que ir!

No te olvides que mañana
te estaremos esperando;
yo te dejaré mi espada
para que sigas luchando.

Y yo regreso a mi alcoba
no a soñar con mis amores.
Esta noche soñaré
con Ángeles luchadores.
Pa. Sa. Ma.