Las abundantes lluvias caídas durante las últimas semanas, tan beneficiosas para la vida en general, me han hecho pensar en las condiciones de circulación por el principal acceso que tenemos para llegar a Lagunilla. Como seguramente es de tu conocimiento, desde hace más o menos un año, se llevan a cabo obras de supresión de curvas y ensanchamiento de la calzada desde la Mata de Santa Ana hasta las proximidades del núcleo urbano.
Allá por principios de febrero, ya se podía transitar por la plataforma nueva. Eso si, con la debida precaución, pues estaba todavía sin asfaltar y las roderas dejadas por los vehículos en la misma eran notorias por ser de tierra y la blandura ocasionada por el agua. Al parecer, hasta que no pasen los fríos del invierno y deje de llover, no está previsto se extienda la capa de rodadura que proporcione la comodidad y seguridad necesaria para quienes por ella deben transitar.
Tal era su estado que, ahora que los vendavales arrecian, todas las mañanas cuando en mi quehacer diario me desplazo por las diferentes carreteras provinciales, me acuerdo de la carretera que lleva a mi pueblo y de quienes diariamente se ven obligados a utilizarla.
También me pregunto por la desidia en que, durante décadas, ha permanecido. Sería por los primeros de los ochenta cuando vio el primer riego asfáltico extendido por la primera Diputación democrática. Se respetó el sinuoso itinerario con el que fue diseñada y, durante más de treinta años, pocas, muy pocas modificaciones se han visto. Las más destacadas, si mi memoria no me traiciona, fueron las variante de El Cerro y Peñacaballera y, hace menos de una década, el enlace desde el último pueblo citado a la autovía.
Actualmente, los aproximadamente 2.000 metros sobre los que se está actuado, se encuentran paralizados. La causa, dicen, climatológica. Cuando cambie el tiempo concluirán con el asfaltado y señalización. Entre tanto, los habituales y circunstanciales de la ruta, deberán extremar las precauciones para no deteriorar el vehículo y, lo que sería peor, no salirse de la vía y tener alguna pérdida irreparable.
¿Del resto del trazado, alguien sabe algo? La intención, al parecer, es concluir el ensanchamiento y supresión de curvas en toda la ruta. ¿Cuándo? Quien lo sabe. La crisis y los miles de kilómetros que ha de atender una Diputación de escasos recursos y donde más del 80% de los mismos se dedica a pagar nóminas, auguran pueda ir para largo.
Un saludo
Allá por principios de febrero, ya se podía transitar por la plataforma nueva. Eso si, con la debida precaución, pues estaba todavía sin asfaltar y las roderas dejadas por los vehículos en la misma eran notorias por ser de tierra y la blandura ocasionada por el agua. Al parecer, hasta que no pasen los fríos del invierno y deje de llover, no está previsto se extienda la capa de rodadura que proporcione la comodidad y seguridad necesaria para quienes por ella deben transitar.
Tal era su estado que, ahora que los vendavales arrecian, todas las mañanas cuando en mi quehacer diario me desplazo por las diferentes carreteras provinciales, me acuerdo de la carretera que lleva a mi pueblo y de quienes diariamente se ven obligados a utilizarla.
También me pregunto por la desidia en que, durante décadas, ha permanecido. Sería por los primeros de los ochenta cuando vio el primer riego asfáltico extendido por la primera Diputación democrática. Se respetó el sinuoso itinerario con el que fue diseñada y, durante más de treinta años, pocas, muy pocas modificaciones se han visto. Las más destacadas, si mi memoria no me traiciona, fueron las variante de El Cerro y Peñacaballera y, hace menos de una década, el enlace desde el último pueblo citado a la autovía.
Actualmente, los aproximadamente 2.000 metros sobre los que se está actuado, se encuentran paralizados. La causa, dicen, climatológica. Cuando cambie el tiempo concluirán con el asfaltado y señalización. Entre tanto, los habituales y circunstanciales de la ruta, deberán extremar las precauciones para no deteriorar el vehículo y, lo que sería peor, no salirse de la vía y tener alguna pérdida irreparable.
¿Del resto del trazado, alguien sabe algo? La intención, al parecer, es concluir el ensanchamiento y supresión de curvas en toda la ruta. ¿Cuándo? Quien lo sabe. La crisis y los miles de kilómetros que ha de atender una Diputación de escasos recursos y donde más del 80% de los mismos se dedica a pagar nóminas, auguran pueda ir para largo.
Un saludo