LAGUNILLA: Estimado Juan Antonio: En la acepción de la palabra...

CARROÑEROS

Es lamentable comprobar que la codicia impera en nuestra sociedad. Esta mañana oí las noticias en la cafetería mientras apuraba un café sin azúcar, no era éste más amargo que lo que estaban transmitiendo. Un señor se quitaba la vida en el momento que iban a embargarle la vivienda. Otro más. Otra víctima de un clan usurero que ante pone la “justicia” materialista en pos de la humana. Fechada está la suerte en que desaparezca, si es de justicia, estas resoluciones que se toman a día de hoy hacia los desafortunados que han perdido la oportunidad de ostentar la dignidad de una ocupación en nuestra sociedad y se ven cautivos del consumo ineludible de luz, agua y otros medios que dan el calor y la garantía de su supervivencia. Toda necesidad primaria regulada por entidades que privan de su uso si no se cuenta con el maldito dinero.

Rezo para que el ser humano aprenda a consumir sólo lo necesario y el planeta, nuestra despensa natural, nos abastezca de esa libre generosidad sin dueños.

Con mis saludos para mi pueblo.

Estimado Pedro, permíteme discrepe contigo en lo referente a llamar carroñeros a quienes tienen por norma explotar a sus semejantes en la forma que vemos se produce a diario en este mundo que nos ha tocado vivir.
Los carroñeros, en el mundo animal, cumplen una función importante para la conservación de las especies. Como es conocido, el carroñero elimina de la naturaleza los cadáveres, incluidos los restos óseos, de aquellos animales en cuya muerte no han intervenido, es decir, aquellos que mueren por enfermedad, vejez o cualquier otra causa. La eliminación de esos cadáveres, evita la propagación de enfermedades de todo tipo, contribuyendo a la buena salud de la fauna. Es decir, su existencia es un servicio en bien de la colectividad.
Entre los humanos, muy al contrario de lo que sucede en la Naturaleza, los usureros y explotadores, lo que hacen o consiguen con sus prácticas es arruinar económicamente y destruir la salud de sus congéneres, lo que, en ocasiones, coadyuva a precipitar la muerte de las personas que, ante la situación a la que son conducidos y como única salida a sus problemas, se ausentan del mundo voluntariamente.
Un saludo

Estimado Juan Antonio: En la acepción de la palabra carroñero estoy contigo, pero el sentido que le da Pedro, para mí, es del todo válido. Al fin de cuentas, el banco no te quita la vida, se la quita la persona voluntariamente, pero después, estando muerto, se queda con ello. Se sigue alimentando de tí.. Es cierto, no produece la muerte, pero la provoca y luego se nutre de los despojos. Ya sabes: Peyorativamente hablando.

Saludos cordiales.
Valentín.
ABRAZOS PARA LOS DE SIEMPRE.


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