¡Hola Rosi! Si yo hubiese estudiado en tu
colegio mixto no abría tenido esos pudores que cuentas. Aquí en
Navarra eran así y, lo más cerca que estuvimos unos de otros, lo determinaba nuestro pupitre y un virtual pasillo: los chicos en un flanco de ese corredor y las chicas en el otro. Se impartían clases para ambos géneros pero, de contactos, ninguno.
Un beso
amiga.