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TRADICIÓN
Lagunilla celebra la tradicional fiesta de los quintos
Los congregados disfrutaron de la tradicional fiesta. La subida al pincollo es una costumbre que no podía faltar; así como la degustación de los "coquillos"
Un largo reguero de gente acompañó a los quintos y sus familiares durante la celebración.
Un largo reguero de gente acompañó a los quintos y sus familiares durante la celebración. TEL
TEL María, Javier, Víctor, Roberto y María fueron este domingo los cinco grandes protagonistas de la celebración del Domingo de Carnaval en Lagunilla, que se transforma en la fiesta de los quintos. Un día para disfrutar de los familiares, amigos y vecinos y para subir al pincollo, el mayo o cucaña colocado días atrás frente a la cooperativa "San Roque" y en el que los quintos y quintas tuvieron que mostrar su destreza para escalarlo.
Todos los intentaron y todos recibieron el aplauso de las decenas de congregados, que habían recibido previamente una invitación a vino a cargo de los mozos. Después de la subida "oficial, otros más, algunos de ellos niños, intentaron ascender hacia lo alto y uno de ellos sí consiguió permanecer más tiempo, y más alto, abrazado al tronco del pino que simboliza como ninguna otra cosa la importancia que tiene aún la fiesta de los quintos en Lagunilla.
Una fiesta que se traslada después en un largo recorrido por toda la localidad, con paradas en las casas de los cinco quintos, donde los padres dan lo mejor de sí en multitudinarias invitaciones. No faltaron los embutidos, el queso, las tortillas y otros muchos platos, regados por el vino de Lagunilla y con una gran variedad de dulces entre los que no podían faltar los "coquillos", muy solicitados por los presentes.
Fue el día fuerte para los quintos, que venían de celebrar una cena la noche anterior. Después, llegará el turno de las madres, que tendrán que preparar el chocolate que se repartirá durante del desfile de Carnaval de este lunes.
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TRADICIÓN
Lagunilla celebra la tradicional fiesta de los quintos
Los congregados disfrutaron de la tradicional fiesta. La subida al pincollo es una costumbre que no podía faltar; así como la degustación de los "coquillos"
Un largo reguero de gente acompañó a los quintos y sus familiares durante la celebración.
Un largo reguero de gente acompañó a los quintos y sus familiares durante la celebración. TEL
TEL María, Javier, Víctor, Roberto y María fueron este domingo los cinco grandes protagonistas de la celebración del Domingo de Carnaval en Lagunilla, que se transforma en la fiesta de los quintos. Un día para disfrutar de los familiares, amigos y vecinos y para subir al pincollo, el mayo o cucaña colocado días atrás frente a la cooperativa "San Roque" y en el que los quintos y quintas tuvieron que mostrar su destreza para escalarlo.
Todos los intentaron y todos recibieron el aplauso de las decenas de congregados, que habían recibido previamente una invitación a vino a cargo de los mozos. Después de la subida "oficial, otros más, algunos de ellos niños, intentaron ascender hacia lo alto y uno de ellos sí consiguió permanecer más tiempo, y más alto, abrazado al tronco del pino que simboliza como ninguna otra cosa la importancia que tiene aún la fiesta de los quintos en Lagunilla.
Una fiesta que se traslada después en un largo recorrido por toda la localidad, con paradas en las casas de los cinco quintos, donde los padres dan lo mejor de sí en multitudinarias invitaciones. No faltaron los embutidos, el queso, las tortillas y otros muchos platos, regados por el vino de Lagunilla y con una gran variedad de dulces entre los que no podían faltar los "coquillos", muy solicitados por los presentes.
Fue el día fuerte para los quintos, que venían de celebrar una cena la noche anterior. Después, llegará el turno de las madres, que tendrán que preparar el chocolate que se repartirá durante del desfile de Carnaval de este lunes.
