RECUERDOS QUE NO HE DE CONTAR
Hay muchas cosas que he vivido en mi pueblo, amores y desamores; incidentes varios de gentes que, en aquel entonces, estaban sobraos de conducta pero que, a pesar de ello, les respeto y no puedo narrar esas cosas; que por cierto, darían para muchísimas páginas y es una de las claves de por qué dejé de ir por nuestro pueblo. Prefiero quedarme con lo bueno, el calor de lo que siempre me llama. Esas borracheras que la adolescencia nos deja a perpetuidad en nuestro banco de datos: vasos medio vacios o medio llenos de locuras piadosas que sofocan desengaños y nos abren los ojos a un mundo real; donde la medida depende del individuo, de su estado social y descendencia más o menos próxima a la aconsejable de cada particular exigencia. Y, en aquellos años, marcaba los límites de relación interhumanas o por lo menos las formas y aspiraciones de estas relaciones.
La juventud es libre y generosa pero la sociedad y sus costumbres se encargan de cercenar esas virtudes; por ello siempre diré que el ser humano debe mejorar como persona en su humanidad y, hasta ese día; están de sobra todos los líderes. Un pueblo debe de quererse y medirse tal una gran familia para formar una nación del mismo calado que ésta, mi gran utopía.
Hay muchas cosas que he vivido en mi pueblo, amores y desamores; incidentes varios de gentes que, en aquel entonces, estaban sobraos de conducta pero que, a pesar de ello, les respeto y no puedo narrar esas cosas; que por cierto, darían para muchísimas páginas y es una de las claves de por qué dejé de ir por nuestro pueblo. Prefiero quedarme con lo bueno, el calor de lo que siempre me llama. Esas borracheras que la adolescencia nos deja a perpetuidad en nuestro banco de datos: vasos medio vacios o medio llenos de locuras piadosas que sofocan desengaños y nos abren los ojos a un mundo real; donde la medida depende del individuo, de su estado social y descendencia más o menos próxima a la aconsejable de cada particular exigencia. Y, en aquellos años, marcaba los límites de relación interhumanas o por lo menos las formas y aspiraciones de estas relaciones.
La juventud es libre y generosa pero la sociedad y sus costumbres se encargan de cercenar esas virtudes; por ello siempre diré que el ser humano debe mejorar como persona en su humanidad y, hasta ese día; están de sobra todos los líderes. Un pueblo debe de quererse y medirse tal una gran familia para formar una nación del mismo calado que ésta, mi gran utopía.
