LAGUNILLA: Somos como niños, pero sin el "como". A veces pienso...

Mily
Míralas de cerca, bien maduritas. Estas instantáneas pertenecen a la campaña pasada, este año parece ser, que las últimas lluvias no les han venido nada bien y se ajan en el árbol.

Por cierto, comer cerezas en los árboles, trillar, jugar y dormir entre las mieses de la era, comer en el suelo sentados sobre una manta tramada un gazpachito fresco, (con agua de la Plazuela) preparado por la abuela, a la sombra de un castaño en la Rosancha; son tiempos que nos llevan a épocas lejanas de vacaciones escolares. Hoy a muchos les sonará a chino. Pero fue un tiempo que existió yyyy que se aleja muy de prisa.
Salut.

Te voy hacer una pregunta, Hiciste la foto ¿y después que paso con las cerezas? no las dejarías en el árbol, se me esta haciendo la boca agua, esas cerezas huhuhuhu dicen comerme. Es que estoy tan lejos........ Gracias por mandar las fotos. Manchega si te refieres al gazpacho que se hacia todo en trozos y no se batía, no veas que mal lo pasaba porque no me gustaba nada. Yo le decía a mi abuelo que ese gazpacho era comida para las gallinas.
lo de trillar nos volvíamos locos por montar en la trilla, nosotros eramos cuatro y contábamos las vueltas y así nos hibamos turnando. y comer en el suelo aquel tocino frío y aquel huevo frito.
Recuerdo cuando en la plaza llegaba uno vendiendo sardinas, en un periquete las vendía todas, y yo que hoy no las pruebo entonces me parecían el mejor manjar. y aquellas naranjas "Sangre de Toro" este era el nombre que se les daba porque al cortarlas por la mitad eran rojas por dentro,! y que zumo tenían! jamas he vuelto a verlas, como puede ser que hayan desaparecido, los que sean de mi epoca se acordaran del chocolate "Nogueroles" las meriendas en una rebanada de pan mi maddre meechaba la nata de la leche de cabra y por encima le ponia azucar, y que buena estaba, o el pan con uvas, lo ultimo que yo recuerdo de merienda moderna, aquello que se untaba en el pan que era de fresa, o chocolate

milita ¡cuantos recuerdossssssssssssss... sos un encanto... abrazote para todos...

Ana Maria, hoy estube colocando unos libros de mi hija Ana, como le gustaba tanto leer, en uno de ellos ha dejado unas notas que decia:

"El libro me ha gustado porque me ha hecho recordar valores que por el ritmo de vida que hoy llevamo se me habian olvidado, por ejemplo, es muy facil olvidarte de que todo el mundo necesitamos cariño, se nos olvida decir palabras bonitas o tener gestos cariñosos hacia las personas que queremos, damos por hecho que ellos ya saben que los queremos pero no lo expresamos,"

El titulo del libro es: LOS DIEZ SECRETOS DEL AMOR ABUNDANTE, se lo dedico a
su esposa Kareny a sus hijos Sophie y Samuel, siempre con amor.

MILY. PEDRO Y FOREROS... somos animales simbòlicos afectivos... todos nuestros actos estàn encaminados a pedir afecto... de una manera u otra cuando nos enojamos o discutimos reclamamos a nivel inconsciente que nos presten atenciòn es el grito de.. aquì estoy mirame.. encuèntrame... ¡es por eso que existimos unicamente cuando el otro nos nombra no hay yo sin tu ni al revès... en definitiva que nacimos pa querernos y que la mala leche hace mala sangre y nos envenena por eso tratemonos biènnnnn que TODO PASA... CON MUCHO AFECTO.. HASTA

Somos como niños, pero sin el "como". A veces pienso que la edad solo marca una distancia pero nunca una madurez. Y todo el entorno cambia sus formas, sus métodos; nuevas maneras de aparacer como niños, pero sin el "como".

Una de mis tonterias de trasnochado cerebro Y, sólo quería decir: ¡hola, eh; alors... kaixo amigos. Sucede a menudo que nuestro ánimo y afecto hacia otras personas se nos enfatiza hasta caer en un gesto absurdo pero cargado de muy buena intención. Nos ruboriza al rato. Cosas de humanos... Un saludo gunilleros y gunilleras que escribís, leéis o calláis.; espero que os hayáis distraido.
Respuestas ya existentes para el anterior mensaje:
a veces se me llena el corazòn de extrañezas. Esas que hablan de lo que es uno y de lo que no deber perderse. Uds. son los responsables de que no pueda despegar de la tierra. A veces pienso en por cuantas y cuantas y cuàntas geraciones pertenecemos a La gunilla... y por eso entiendo ese volver la cabeza hacia la infancia. Quizà idealizada, o llena de cuentos de hadas que leìa creo por centenares. Me recorrìa las calles del pueblo buscando gente que me los prestara. Siempre alguièn tenìa un montòn. ... (ver texto completo)


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