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Plaza Mayor
En breve quiero hacer una visita turística a La Alberca. ¿Alguien podría decirme cuales son los espacios que no debo perderme?

Muchas gracias desde La vecina provincia de Cáceres.
Pues tienes razón como Marco Paoleti, el niño italiano que hizo de Lazarillo de Tormes se pilló una buena colitis:
-Las peras de agua de La Alberca son muy ricas
-Sí, niño, pero te has pasado...
-Ahora: dieta, pastillas y reposo. Y cuando ya estés mejor: Las manzanas de La Alberca también son muy ricas y nunca hacen daño".
El director, Cesar Ardavín tenía toda su maquinaria en La Alberca y no podía tenerla parada mientras se pusiera bien "el angelito italiano". Y mira tú por donde se fijaron ... (ver texto completo)
La niña que hizo de doble en el Lazarillo del tormes, fue "La Reme" la Peerrerias. Por cierto recuerdo que era muy guapa.
Eso que llaman turismo
Los niños estábamos acostumbrados a ver llegar a los veraneantes (más bien pocos) y a algunos señores como Dn.Mauricio que llevaba pintores a su casa del Casetón. Pero lo que nos molestaba es que empezaba a llegar gente que se quejaba de las moscas, de las cabras por la calle, del Toro Mocho que a su paso asustaba a las viejas, de las carreras de caballos por las calles que hacían algunos del lugar, ...Así los domingos por la tarde bajaban de la Peña de Francia autocares llenos ... (ver texto completo)
Oficios perdidos (7) La fragua
En la herrería el fogón / para siempre se ha apagado,
Ya no hay brasas, ni un tizón / y no se ve un sólo arado.
La fragua ya está cerrada / sólo queda en el pasado
Aquella Alberca afanada/ del caballo, yegua, herrado.
No fabrican herraduras/ ni tampoco guías, aros, ...
Ni al fuelle le dan los niños/ y no juegan con los clavos.
El herrero te hacía "un pión" / "a luego"-no había dineros-
Ya no se oye aquel tin, ton, .../ planchas, latones, calderos, ...
Hoy la ... (ver texto completo)
Oficios Perdidos(6)
Entre otros oficios propios del lugar y que también se fueron perdiendo están:
El relojero
Vivía enfrente de las escuelas y era el encargado de limpiar y mantener el reloj de la Torre de la Iglesia, que funcionaba perfectamente y era orgullo de toda la comarca.
El sacristán
Sabía latín y llevaba perfectamente la misa y todas aquellas funciones que tenía que realizar con el cura bien en la Iglesia, en entierros, procesiones, .. Tocaba el órgano de una forma muy personal y ... (ver texto completo)
Oficios perdidos (3)
Picapedreros y albañiles
Daba gusto ver como trabajaban aquellos picapedreros con sus gafas protectoras y palo largo de martillo que movían con gran habilidad .Entre los albañiles Sindo igual te hacía un portillo que te gastaba una broma con gran habilidad.
La sierra de Calentino
Fue la primera industria madedera del pueblo. En ciertos momentos nos dejaba los vóltimetros de los aparatos de radio al mínimo.Se oía bien cuando Tirso, Moisés o José descansaban para ponerle un ... (ver texto completo)
Oficios Perdidos (4)
El telar del Sr.Miguel.
Le llamábamos el padre de la Socorro. Tenía un telar en el rincón del Tablado que era digno de ver por la cantidad de artilugios de medera que movía cuando lo utilizaba. No entendiamos su mecanismo y acercarse mucho a él no se podía.
Peluqueros.
Cuando Leandro "el Gafas" se fue para el norte nos dejó al pueblo sin peluquero. Amadeo ya era un poco mayor y en alguna ocasión me comenzó a cortar el pelo y al decirme que bajaba un momentito abajo y no ... (ver texto completo)
Oficios perdidos(2)
El "tío los cochos"
Sergio fue un buen vendedor de chochos, altramuces, caramelos... A los chochos los llamaba "pirulíes" y los pregonaba con una gracia sin par.Los vendía en un cucurucho de papel en el baile de la Plaza, en el paseo de los domingos, en la mitad de la película, ...
Los churros de la Perdía
Los iba vendiendo por las calles al mismo tiempo que los pregonaba. La churrera era un oficio femenino y el producto excelente.
Escuelita de verano
En la escuela de La ... (ver texto completo)
Oficios perdidos
La colchonera.
La colchonera por excelencia era la Tía Tina: Una mujer alta, simpática y muy divertida.Vareaba la lana de los colchones con dos varas largas y un estilo magistral. Pero siempre detenía su trabajo cuando pasaba al lado de ella un niño; entonces movía las varas tras el culete del mozuelo que era digno de ver. En el rincón de la calle que estaba la Tía Tina haciendo un colchón seguro que había ambiente divertido.Pese a ello nunca dejaba de varear o coser, romover ... (ver texto completo)
A la Peña en Romería
Subir en septiembre en romería a la Peña es lo que más gustaba a los niños y sobre todo en aquellos camiones que adaptaban su caja para que la gente pudiera ir sentada. Al aire libre, parándose en las curvas, saltando baches, piedras, saludando a los que iban andando o en burro por los caminos; entre risas y empujones cantando con Chagüe(que nunca se cansaba de tocar) aquello de :"Dime dónde vas morena, dimé dónde vas salada..." y después con "el Gerardito, Gerardito vamonos ... (ver texto completo)
Subidas a la Peña de Francia
A la "Peña" subíamos andando.Quedábamos a las cinco y media de la mañana, pasábamos por el Humilladero camino de L´Eras y allí hacíamos una pequeña parada. La subida era dura, lenta pero reconfortable.Cuanto antes salieras del pueblo ibas a disfrutar más del amanecer y pasar menos calor. Atrás iban quedando valles y montañas sumergidos y se iban descubriendo hermosos paisajes. "¡Mira la Peña El Huevo, parece que está tumbá!". "¡Aquella sierra es la de Bejar" y "¡Esas ... (ver texto completo)
La "Mujé" de las Animas
Lo de moza queda mejor para el turismo. Pues esta "promesa" era más bien de mujeres mayores. Para las mozas esos momentos eran más propios de salir a la fuente a por agua, ver el novio y después estar con él un ratito a la puerta de la casa o ir al rosario y venir acompañada. A los niños nos impresionaba ver llegar a esa mujer que tocaba la campana en cada esquina y recitaba su salmodia:"Fieles cristianos acordémonos de la muerte y de las benditas animas del Purgatorio con ... (ver texto completo)
Vida y costumbres albercanas (y).
Reglas de ortografía
Estas reglas presentadas en forma poética sirven para leer, recitar y reflexionar en torno a aquellas palabras que se han leído bastantes veces pero que no han quedado bien fijadas en nuestra mente. La ortografía no se aprende, se adquiere por medio de la lectura. No obstante al leerlas y repetirlas varias veces (sobre todo si es en forma colectiva , en clase leyendo cada niño un verso) hay quienes se las aprenden de memoria. Otros prefieren adaptarlas a una música determinada. ... (ver texto completo)