GALINDUSTE: Leyendo estos "sentimientos" que dejàis plasmados y...

Leyendo estos "sentimientos" que dejàis plasmados y referidos a vuestros pueblos me ahondáis en mi creencia sobre la tristeza del ser humano. Me explico: orgullo demostráis al hablar de vuestra infancia, de vuestras calles, de los rincones que, de niños, llevàis cosidos a vuestra alma. Cuántas noches nos os acostáreis arropándoos con esas imàgnes... y, alguna lágrima, quizás? Los que somos de capital tenemos la misma idiosincrasia que vosotros pero ocurre que, el la dimensión, se difumina el recuerdo y se hace vago. Leo como preguntáis por gente, por quién es familia de quién con el solo ánimo (estoy seguro) de mantener el cordón umbilical de las raices. De esas raices que afincan vuestros sentimientos y el respeto a vuestros ancestros... No cambieis, mantenéos en esa esencia que os enaltece. Y creedme, siento verdaera pena como ésta vida (por llamrla de alguna manera) o arrancó de vuestra tierra, de las paredes de unas casas que, muy probablemente humildes, os ofrecieron el cobijo que ninguna mansión pueda ofreceros porque las mansiones acogen a gente pero no sentimientos ni a los recuerdos de unas cariciasque una mano-hoy desfallecida-oa prodigaron. Sois testigos-aún-de esa mísera Castilla que engrandenció al mundo con sacrificios, sudores y sangre mientras otras latitudes esconsían en Fueros un modus vivendi que a vosotros os negaron. No cambieis, no cejéis en preguntar por los vuestros, por aquellos con los que jagábais o pegábais (ambos términos en el mismo hermoso recuerdo). Tuvísteis que deja-lo más probable-vuestra memoria para mitigar la necesidad, y eso es algo irrecuperable, y como os decía, la ésta vida es más vida cuando recordáis aquella. Porque aquella era la verdadera vida, la ausencia de egoismo, el vecino útil, la nobleza de unos sentimientos que os apiñaban en el dolor y en las alegrías. Habrá mejor música que aquellos instrumentos que, por la fiesta, hacían volar vuestros pies? Habrá amaneceress con esa profusión de olores, colores y sonidos que vivíais sin daros cuenta de ello. Y no os dábais cuenta porque era lo normal, tan normal como respirar... Si algún día volvéis, pararos a pensar en lo que allí tenéis, en lo que tuvísteis y en lo que tenéis ahora. Poneos la mano en el corazón y pensad: Ha valido la pena todo lo que ha y he pasado? Con admiración y respeto.