BARBADILLO: Mis recuerdos: "1.980.- Los ochenta comenzaron con...

Mis recuerdos: "1.980.- Los ochenta comenzaron con una fuerte oleada terrorista. Era raro la semana que ETA no ponía varios cadáveres sobre la mesa política para una supuesta liberalización de Euskalerría. El 14 de marzo fallece Félix Rodríguez de la Fuente en accidente de helicóptero. Sus series Vida Salvaje, Planeta Azul y el Hombre y la Tierra eran emitidas en todo el mundo. Los payasos Gaby, Fofó, Miliqui y Miliquito hacían las delicias de los peques y cosechaban grandes éxitos en la tve.
El asesinato de los marqueses de Urquijo (a cuyo autor Rafi Escobedo lo conocería en la cárcel de Carabanchel), la oposición de la iglesia al divorcio, el boom de la Guerra de las Galaxias, la vuelta a las pantallas del Crimen de Cuenca y la muerte de John Lenon rivalizaron en los noticiarios de agosto. A partir de entonces tuvimos que imaginar un mundo sin él.
1.981.- La dimisión de Suarez y el golpe de Estado del 23 F caen como un jarro de agua fría, la mayoría de la población española se teme lo peor. Tomado el Congreso por un grupo de guardias civiles al mando de Tejero, la acorazada Brunete sale a la calle y silencia tve junto con la mayoría de emisoras de radio que comienzan a emitir marchas militares. La ciudad de Barcelona (como supongo el resto de ciudades y pueblos de España) queda desierta, pero parece que nadie duerme, en todas las casas permanece dada la luz del salón y la gente frente a los televisores en espera de noticias. Felizmente se salva la democracia tras una noche en la que pudimos regresar a tiempos pasados.
El 25 de marzo, Quini (jugador del Barcelona) es secuestrado. Días después se juega en el Santiago Bernabéu un partido para las semifinales de la copa de Europa entre el Real Madrid y el Dinamo de Kiev. Un grupo de cuatro amigos nos animamos a ir a verlo desde Barcelona. Cuando regresamos, después de toda una noche de viaje, adormecidos, llegamos a los cinturones de la entrada a Barcelona, para entonces los dos Antonios ya van dormidos y yo recostado tratando de mantener una conversación con Juan (el conductor) para no caer ambos en brazos de Morfeo. Un coche con una potente luz se pone detrás de nosotros y nos conmina a base de megáfono a que paremos inmediatamente en el arcén. En un primer momento no reaccionamos y seguimos circulando. Con tomo más amenazante repite la orden por segunda vez, coche azul pare inmediatamente en el arcén derecho. Medio sonámbulo digo: oye Juan que es a nosotros.
Una vez parados, tras una luz cegadora aparecen cuatro cetmes apuntándonos tras los cristales, uno por cada puerta del coche. Si susto nos llevamos los dos que veníamos adormilados, no digamos el despertar de los que venían dormidos. El que estaba a mi lado, por poco vuelve a quedar dormido pero esta vez para siempre.
Después que comprobaran nuestra documentación y coherencia de nuestro viaje continuamos hasta nuestros destinos pero nunca más se nos ocurrió volver a Madrid a ver un partido de fútbol.

Años 80. II. Rober