BARBADILLO: Gracias por facilitarme la fecha del fallecimiento...

En 1.975 nuestro ayuntamiento cuenta con un presupuesto de 2.202.000 pts con el que pretende mantener el tipo. Camina ilusionado con una serie de proyectos que finalmente no se llevarán a cabo por falta de apoyos económicos.
La vida cotidiana se desarrolla dentro de una normalidad aparente pero con la incertidumbre generalizada de hacia dónde caminaríamos cuando falte nuestro Caudillo. Franco llevó la vida social de unas generaciones que no habíamos conocido otra cosa y quienes la habían conocido nos la pintaban muy mala por lo que en los corrillos de solanas y fragua siempre los mayores sacaban a colación la incertidumbre del “futuro nacional”.
Félix Rguez de la Fuente comienza a rodar una de las series más famosas de la tv española, Fauna Ibérica, donde el lobo, las aves de presa, el buitre… etc, son los protagonistas. Con estos animales nos enseñaba a ver la naturaleza desde otra perspectiva más humana en la que todos nos somos necesarios. Ya quisiéramos haber tenido estas enseñanzas en nuestras escuelas, machaconas y repetitivas, donde encontrábamos poco sentido a lo que aprendíamos. Quizás no nos hubiéramos dedicado (de niños) a quitar tantos nidos a los pajarillos, ni a cazarlos con “pajareros” o la persecución a la que sometíamos a ranas y patos en los regatos.
La maja desnuda se convierte en icono juvenil y raro es el estudiante que no la tenemos adornando la pared de nuestra habitación-estudio.
No quiero dejar atrás dos hechos que conmocionaron fuertemente al pueblo. Uno fue la muerte repentina de “Ito”, hijo de la sra Daría y el sr Alejandro que nos dejó en plena juventud y el otro la de Goyo, hijo de la sra Josefa, éste falleció en terrible accidente de coche, le acompañaban otros tres hermanos que aunque salieron vivos arrastraron serias y graves secuelas en los años posteriores.
Hoy día me es difícil ubicar la fecha de dichos acontecimientos al no haber accedido al libro parroquial que los tiene registrados pero lo que quiero reflejar es como la muerte de los jóvenes deja sin aliento, como noqueada la conciencia colectiva de un grupo social que se identifica a sí mismo como pueblo. Esos días posteriores cuesta el arrastrar el día a día, parece que todo es más lento y pesado, se habla en voz más baja e interiorizamos como propia la fatalidad ajena, esos días somos más unos, somos más pueblo.
Barbadillo años 70-VII. Rober

Roberto, te aclaro la fecha del acccidente de coche, al que te refieres, de los hijos de la señora Josefa. Exactamente, fué el 15 de Julio del año 1971, y el que falleció no fué Goyo, si no mi tío Jose (al que nuna conocí, lamentablemente). La edad entorno a los 27 ó 28 años. Mi tío Goyo, aunque ya fallecido en el año 2001, como dices, toda su vida arrastó secuelas de aquel fatídico accidente, que en un momento sesgó la vida de una familia, y todos ellos tuvieron que encaminar de nuevo sus vidas, porque no volvieron a poder ejercer el trabajo al que siempre se habían dedicado todos los hermanos, el de carboneros.

Gracias por facilitarme la fecha del fallecimiento de tu tío. Disculpa haya cambiado los nombres, efectivamente José, era el más pequeño de los hermanos y fue el que falleció. Ambas muertes (la de José y la de Ito) sucedieron cuando yo era joven, muy joven y se me quedaron gravadas en la memoria. Con ellas he querido dejar constancia de uno de tantos cambios que he encontrado en el pueblo después de largos años de ausencia. Entre ellas, la de los duelos por nuestros difuntos. Hasta entonces. al finado, se le velaba en casa del fallecido, y tanto familiares como vecinos acompañaban estos últimos momentos a la familia de una forma intensa y cercana. Hoy día, lo hacemos en tanatorios fuera de nuestros pueblos y del entorno del difunto. Más o menos vamos desfilando dando el pésame a la familia correspondiente pero privado de la cercanía e intimidad de tiempos pasados.
Todo cambia, y nuestra relación, incluso ante la muerte no iba a ser menos.
Quiero hacerte llegar mi último recuerdo sobre él (yo tendría unos 17 años). Estando en el que fue el bar del sr Felipe, por entonces lo cogió Nino (el cohetero) y puso las quinielas. Pues allí nos juntamos una tarde-noche cuatro o cinco mozuelos, entre ellos tu tío José y nos invitó a una ronda porque le había tocado el cupón de los ciegos. Poco después ocurrió el accidente.
Espero que el tiempo haya dulcificado el amargo trago que tocó pasar a tu familia. Gracias nuevamente.
Un saludo para todos. Rober