BARBADILLO: Entonces España era más de toros que de fútbol. En...

Entonces España era más de toros que de fútbol. En el pueblo había mucha afición y oías a los mayores el nombre de las figuras de la fiesta nacional como Bienvenida, Ordóñez, Dominguín…etc pero las grandes pasiones eran entre partidarios del Viti del que mi abuelo Juan Manuel era su mayor y máximo forofo de tal forma que cuando se referían a él lo llamaban “culiviti” y por otra parte estaban los del Cordobés con el sr. Colás (calene) a la cabeza. En su bar se reunían sus acólitos cada vez que retransmitían una corrida y de allí salían las mejores alabanzas hacia el torero como si hubiesen visto la octava maravilla del mundo.

D. José, (el cura del pueblo) nos formó un club social en el antiguo salón de baile de mi abuelo Isidro al que había dotado de una televisión y unos juegos de mesa para entretenimiento de niños y jóvenes. Con una cuota por persona de una pts al mes, daba para gasto de luz y pago del alquiler, con lo que ya teníamos garantizado el cobijo en las tardes de lluvia. Los mayores cuidaban que los más pequeños nos portásemos de una manera civilizada y viésemos la tele (siempre y cuando las pelis no tuviesen rombos).
En esas tardes de lluvia y frío donde no apetecía estar en la calle era la alternativa a la lancha de la lumbre así evitábamos que nos saliesen cabras en las piernas. También servía el Centro para reuniones y charlas a mayores o asociaciones afines a las actividades parroquiales.
Tras el concilio Vaticano II las misas se dirán en la lengua autóctona de los pueblos. Antes la oíamos en latín, lengua oficial de la iglesia, y a partir de aquí comenzamos a saber lo que rezábamos quedando atrás todos aquellos latinajos que debimos aprender los que en su día fuimos monaguillos.
Unos años más tarde, la mayoría de las iglesias se llenarán de guitarras que acompañarán los cánticos de domingos y días festivos alegrando aquel valle de lágrimas que parecía quedar atrás ante la llegada de las divisas de los emigrantes.
Nosotros, las generaciones emergentes comenzábamos a tener la perspectiva de un futuro mejor.
En el 63 ya ruedan por el pueblo 97 bicicletas cuyas marcas tenían sus refranes: Orbea, ni la compre ni la vea; B. H, especial para los baches; Mentor de todas la mejor. Con ellas va disminuyendo el número de carros. También se realiza el padrón para establecer la base imponible sobre la cual se han de pagar los impuestos de contribución territorial rústica y pecuaria siendo encabezada por la finca de Carrascal de San Benito por un valor de 161.230 pts; seguida del Gejo de Dñª Mencía por 138.468,86 pts; Terrubias con 126.361,98 y la finca de Valverde por 101.293 pts. Para que nos hagamos una idea tenemos que Estanislao López Mateos (padre del Carolo) figura con 17.479 pts y el Instituto benéfico “Gota de Leche” otras 17.546,94 pts. Veinte años antes encabeza la lista Agustín Sánchez Manzaneda con 8.795,67 pts junto con Casto Macías de Dios con 9.151,5 pts y como hacendados forasteros figura el Asilo de San Rafael, el Duque de Tamames y otros cincuenta propietarios más.
El sr. Casto fue marido de Dñª Emilia Alonso Furquet, hermana del anterior médico. Dñª Emilia era la única mujer en el pueblo que sabía tocar el piano. Muchas veces se oía sus melodías en las tardes primaverales a través de la ventana discretamente entornada sin que dejase ver su figura sentada al piano como si de una leyenda de Bécquer se tratase.
Ese año se acuña el slogan “España es diferente” y con ello nuestras carreteras, pero sobre todo la costa se llena de turistas. La aparición del biquini, las relajaciones morales de los visitantes, su colorido, forma de vida, extrañan y medio escandalizan a una sociedad amordazada. Y nosotros, pobrecitos pueblerinos españoles sin idea de que existiesen tales libertades. Entonces sí que podemos decir “la guerra ha terminado” y quedan atrás aquellas sesiones que nos daban, casi a todas horas los que en ella habían participado, pasando a hablar del escándalo que se nos avecinaba, “las suecas” que era como se llamaba a todas extranjeras.
Hay que tener en cuenta que las mujeres de los países que nos visitaban no estaban bajo la tutela de una iglesia tan restrictiva en comportamientos morales y que sus gobiernos admitían la libertad religiosa o la píldora por lo que sus costumbre eran algo más licenciosas.
Años 60-V