BARBADILLO: Hola, Rober: aunque menos comentado, no deja de ser...

Refranes de época.
Alguna vez recuerdo oír de pequeño a los contertulianos de tarde de lluvia que se acercaban por el taller de mi padre ese refrán de "Dios nos libre de un zurdo, un rojo y del que le falte un ojo". Dicho refrán que circuló en la posguerra tiene su base en el Siglo XVIII tras el desarrollo de la "famosa y olvidada" batalla que libró Inglaterra contra la ciudad de Cartagena de Indias (entonces perteneciente al imperio español). Inglaterra había diseñado un elaborado plan para acabar con el imperio español y para ello armó una ingente flota para atacar el puerto que hacía de embrión y enlace de todo el imperio que España poseía en el continente americano. Con gran superioridad en barcos, armamento y hombres fue puesto cerco y atacada dicha ciudad, pero lo que no contaba el almirante inglés Vernon era que la defensa de la ciudad recaía sobre un curtido oficial (según comentario del libro) Blas de Lezo, posiblemente uno de los mejores, aunque olvidado, marino de la Armada Imperial española.
Dicho marino había ido perdiendo parte de su cuerpo en las distintas batallas marina que participó. A los 16 años pierde una pierna, después un brazo y por último un ojo. Llamado medio hombre por sus enemigos, demostró ser más grande en valor y astucia que su rival salvando a la ciudad y al imperio español de sus posesiones americanas. Gracias a él hoy día se habla nuestro idioma en la mayoría del continente americano, si no sería el idioma ingés.
Es un colombiano, Pablo Victoria el que reivindicó la figura de este insigne marino. Aunque hoy día tiene una estatua en su honor en la ciudad de Madrid, varias ciudades se han apuntado al reconocimiento de nuestro héroe como la ciudad de El Puerto de Santa María que el 21 de noviembre de 2.009 puso una lápida recordando que en 1736 vivió en ese lugar junto a su familia, el teniente general de la armada D. Blas de Lezo y Olivarrieta, Insigne e invencible marino, héroe de la batalla de Cartagena de Indias en la que la flota inglesa sufrió una humillante derrota en el año 1.741.
Os preguntareis que a que viene todo esto. Pues es muy sencillo, D. Blas era vasco y vivimos ahora una etapa en la que parece que no tenemos nada en común en esta nación llamada España entre vascos, catalanes, gallegos, castellanos como si no fuéramos pollos del mismo cesto. Pues bien, la historia nos enseña que cuando hemos caminado juntos hemos logrado grandes hazañas.
Un saludo para todos. Rober

Hola, Rober: aunque menos comentado, no deja de ser este foro seguido por mí. Como veo que también eres sensible a las tonterías, ensoñaciones y payasadas que algunos pretendidos políticos, que miran tanto por su gente que se fugan y quieren mandar por la tele, que cambian de opinión más que de calzoncillos (algunos tendría motivo para ello), me llama la atención que cuando se propuso eregir la estatua de Blas de Lezo en Madrid, al Ayuntamiento de Barcelona no le pareció buena idea, pues, según los catalanistas, sin fundamento, atribuyeron al almirante el bombardeo de Barcelona en la Guerra de Sucesión. Claro, ellos, tan delicados e influenciados por el Institut Nova Història, a llorones no les gana nadie. Como son de la raza que dió permiso a Dios para crear el mundo, si algo no es real, pero sirve a sus planes, allá vá y ya veremos. Me da pena, tengo bastante familia catalana y la verdad es que los veo como un poco abducidos, sin darse cuenta de la calidad (es un decir) humana de los mamarrachos que pretenden dirigir sus destinos. Esperermos que se recupere el buen juicio, por una parte y por otra, que, no seamos ingenuos, el actual Gobierno de la nación ha hecho más independentistas de los que había.
Bueno, que me salgo del tiesto; saludos a todos los amigos del foro y a sus familias y, por cierto, a ver si os creéis que esto es el Caribe, que en Mallorca también nieva y hace frío (dentro de un orden, vaya)
Un saludo de Luis, de Casa Resti