VILLAOLIVA: Pido pues a mi orgullo, que siempre vaya del brazo...

Pido pues a mi orgullo, que siempre vaya del brazo con mi cordura. Y cuando me abandone mi cordura, pues le gusta alzar el vuelo, que mi orgullo vuele siquiera del brazo con mi locura. Friedrich Nietzsche
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Aquí tenemos una buena solución para el orgullo excesivo, presentar el orgullo a la cordura va a ser un reto, pero una buena solución cuando la cordura está un poco nublada, no se si vuela o no, no se si se pierde en vericuetos o laberintos, pero no me gustaría ver mi orgullo del brazo de mi locura, es una pareja de lo más extraña y puede dar tremendos problemas a uno mismo y a los demás.
Leyendo la vida de Friedrich, la niñez fue muy dura, quien crece con ese destino de pesares y perdidas personales, puede surgir como un gran pensador, experiencias de su propio sufrimiento o todo lo contrario, puede llegar a convertirse en una persona amargada llena de odio y resentimiento, ¿que hace la diferencia?, ¿los genes?, ¿la educación?, ¿la calidad de espíritu?, una duda razonable que no es de fácil respuesta.
Saludos.


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