Y no me extraña, ¿cuantas veces han oído entre ayer y hoy, la palabra "PROTOCOLO"?, es como si fuera una palabra mágica, - protocolo -, quien dice protocolo... ¡ya no se le puede interrogar más!, si dices - protocolo -, todo se ha hecho bien, todo está controlado, todo es perfecto, pero es esa palabra la que da el PODER, La Sra. Ana Mato nos ha dado una conferencia de lo más rancia, sinceramente creo que es una bellísima persona, interesante a más no poder, lista como nadie, ¿que hace en ese puesto?, ¿por que no se busca algo más adecuado para sus dotes?.. ¿..?.., Ya en las explicaciones anteriormente dadas en otro asunto con su ex, me quedé " turulata", prácticamente casi en coma, menos mal que tengo gatos listos y sabios que me sacaron de casi el " coma". Ayer tarde, al oír su bien leído guión, por que hay que reconocer que leer lee muy bien, vuelvo a pensar ¿quien la ha puesto ahí?, no soy experta en nada, no entiendo de casi nada, por eso, es tan evidente que para una persona como yo (que no entiende de casi nada), sea tan obvio que esa señora no está hecha para ese puesto, con todos mis respetos, ¿que pensarán las personas entendidas de casi todo?, es penoso. PROTOCOLO, voy a buscar esta palabra en mi diccionario particular y ¡voy a arrancar la hoja!, eso si ¡todos tranquilos! se ha seguido el protocolo y seguramente la culpable, ¡vamos! la única culpable es Ella, de haber contraído una enfermedad tan terrible como el ébola, y ahora llegan las preguntas del pueblo llano,= osease las mías por ejemplo =, ¿donde ha estado esta señora sin culpa que está pagando la pena?, de vacaciones ¿donde?, y aquí hay mil preguntas, ¡pero eso sí!, se ha seguido el protocolo, ¿por que no se quedaron en el hospital todas las personas que atendieron a los enfermos de ébola, hasta comprobar que estaban libres de todo indicio de enfermedad?, una cuarentena que era, si... era posible pactar, con todo el personal que de una manera o de otra atendió, manejó o supervisó a los enfermos, ¡cielos desde el día 30, hasta ayer 6 sin ayuda!, ¡después de haber advertido por la situación que había pasado!, me temo que esto no quede aquí, y cuando la maquinaria se pone en marcha nadie sabe cuando ni como parará. Rezo por esta auxiliar, que pueda llegar a vencer esta enfermedad tan terrible y también por su esposo, que tiene que estar pasando por un calvario, pero como (repito hasta la saciedad aunque me llaméis pesada, que lo soy) se ha seguido el puñetero protocolo, ¡la primera persona que pronuncie otra vez la palabra..., si la tengo a mano le lanzo una maceta!, y no voy a mirar si son claveles o petunias, lo que miraré es tener buena puntería.