Erase una vez un hombre amable.. con todo el mundo menos con los de su casa, la gente le conocía por lo gentil, amable y educado, siempre se hablaba de, lo bien que escuchaba, lo bien que atendia y la educación tan esmerada que desprendia a su alrededor. Un día en la escuela la maestra hablaba y hablaba de las cualidades de este hombre tan bien aducado enumerando todas sus virtudes, al finalizar su discurso ¿verdad Maria que tu Padre es un hombre ejemplar? preguntó
Maria no tardó en responder- perdone señorita... no conozco a ese hombre del que usted habla.
Todo lo que ves y oyes, solo es la punta de lo que te quieren enseñar... se list@ y no te dejes engañar.
Maria no tardó en responder- perdone señorita... no conozco a ese hombre del que usted habla.
Todo lo que ves y oyes, solo es la punta de lo que te quieren enseñar... se list@ y no te dejes engañar.
