Como podéis ver, los
cerdos de dos patas abundan, comen ganchitos y chetos, caramelos, beben coca cola y cerveza, fuman y hasta he recogido una cafetera antigua con tapa y todo, más una rueda de
coche que he tenído que dejar, porque hay que llevarla al punto limpio y no tengo viaje programado.
Esto es lo que da el ser humano, cuando su educación brilla por la total ausencia.