En los albores de la Edad Media es harto probable que ciertos comportamientos se atribuyeran, entonces, a la acción del diablo o de los espíritus malignos, cuando probablemente se trataba tan sólo de manifestaciones psicopatológicas, que de haberlos, debieron haberse remitido a los adecuados especialistas. La inexistencia de la psiquiatría como especialidad en aquella etapa histórica, además de otras variables relevantes de tipo cultural propias de la época, consintieron actuaciones erróneas, de consecuencias muy lamentables. Estaba yo muy lejos de pensar que estos casos sigan sucediendo en la actualidad, cuando todos conocemos los grandes avances de la ciencia y la tecnología. Lo que está claro, es que nunca nos hubiésemos enterado de este caso, de no existir la denuncia de familiares.
Esto es solamente mi opinión, los demás podéis dar la vuestra.
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