Recuerdo que en sotobañado, cuando alguien conseguía dar muerte a un raposo (zorro) había recompensa. Los jóvenes lo portaban colgado en una vara lo suficientemente gruesa como para aguantar el peso del animal, después de atarle sus patas en pareja. Como si de un gran trofeo se tratase, era paseado por todas las calles del pueblo, acompañados por el griterío de toda la chiquillería que iban tras ellos, como si de una procesión en plan jolgorio se tratara. Todas las amas de casa daban algo, siempre según sus posibilidades; porque con la muerte de un zorro todos se sentían beneficiados, porque se acercaba al pueblo a la caza de conejos y gallinas, perjudicando así, la maltrecha economía.
Estas dádivas, servían para darse los jóvenes (solo varones) una comilona que se lo pasaban de lo lindo.
No en vano dice el refrán: "De la panza sale la danza".
Estas dádivas, servían para darse los jóvenes (solo varones) una comilona que se lo pasaban de lo lindo.
No en vano dice el refrán: "De la panza sale la danza".