Saludos a Emiliano de
Monasterio, noventa estupendos años, que el
verano de 2005 estaba lleno de vitalidad.
Lo conocimos en Cervera, donde había bajado a hacer la
compra, y le subimos hasta su
pueblo porque eran las
fiestas y no encontraba un taxi.
Espero que siga teniendo proyectos en la cabeza, eso le mantendrá bien.