Ahora hace aproximadamente cincuenta y dos años, un sacerdote que por aquellos tiempos regía los destinos eclesiasticos del pueblo quiso vender las campanas, no se porqué, pero como vulgarmente se dice le salió el tiro por la culata. Toda la jente del pueblo se movilizó para impedirlo, era de noche y con premeditación, ya lo tenía todo previsto, pero no suponía que el pueblo para ciertas cosas estaba muy unido y al frente de todos éllos habia dos jovenes de aquella época que ahora tienen sesenta ... (ver texto completo)