Muy buenas Julián. ¡Cuánto me acuerdo de tus abuelos, sobre todo de Ramón, cuando daba los bandos del ayuntamiento y de manera muy especial recuerdo, y a veces también lo comentamos los de la tanda, aquellas horas que pasábamos sentados a la en la acera junto a la ventana donde trabajaba tu abuelo tocando la guitarra y cantando. ¡Que buena persona era D. Ramón! que así es como le llamábamos los chiguitos. También me acuerdo cuando en la época de vendimia preparaba el estello en la bodega, seguro
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Gracias, Rufino. Ya veo que el tiempo pasa y las personas desaparecen, pero su legado: profesiones, dedicaciones, formas de ser, vivencias, etc que en su día nos transmitieron las personas, no. En este caso, el de mi abuelo y la gente buena de los
pueblos, que aún siendo personas anónimas, los identificamos y actualizamos a través del recuerdo.
Sigo pasando por Marcilla. En ocasiones a saludar a mis tíos, Marciana y Avelino, y a mi primos cuando en
verano pasan alguna temporada. No sería mala ocasión,
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