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MANTINOS: Tengo que decir que yo núnca husé la segadera, era...

CONTINUACION DE LOS TRABAJOS QUE SE HACIAN
A LO LARGO DEL MES DE JULIO.

Creo que el mes de Julio, era uno de los más duros.
Como ya he explicado llegaba el momento de la recolección de la hierba y con aquellos calores y a parte, todo lo de secano ya venia apretando. (Me refiero a los cereales, centeno, trigo, cebada y demás.
A medida que finalizaba toda la recogida de la hierba, cada día salían mas cosas para atender.
Todos los cereales parece que se ponían de acuerdo para madurar y había que estar listos y cogerlos a tiempo, por que una nube podía aparecer, hacer sus estragos y de la noche a la mañana, dejarlo todo por los suelos.
Si la faena de la hierba como ya he comentado era dura, no quiero ni contaros cómo lo era la siega.
En ese momento todas las manos eran pocas y desde el amanecer hasta el anochecer, había que darle duro y a pleno sol, era demasiado.
Recuerdo que se almorzaba, comía y merendaba en la misma tierra; sobre todo cuando pillaba lejos de casa.
Era muy normal que en las casas hubiera un burro para determinadas tareas como era ir a por un saco de hierva, llevar el grano al molino, o cómo no, el transportar las comidas al campo.
Como os digo, se utilizaba el burro para que no fuera tan duro. (en su momento contare la historia del burro cantares). Era un momento delicioso y aunque no se tuviera hambre, solo por estar un rato a la sombra, ya se conformaban.
En el almuerzo, había que levantarse rápido para aprovechar la fresca; pero en la comida, si tenias la suerte de tener una pequeña sombra, te podías permitir el lujo de echarte una pequeña siesta…y si no la tenían juntaban unos cuantos haces, en vertical y algo les podía valer, siempre que las moscas y moscones no les acribillaran y tuvieran que salir ahumando…
En los momentos actuales cuando veo una cosechadora, no me lo puedo ni creer. Recuerdo aquellas segaderas tan rusticas... Que con lo que ellas cortaban y la fuerza de los brazos, era todo lo que se podía conseguir.
De esta forma se iban haciendo montones, o gavillas y a continuación otra persona iba atándolos, para dejarlos todos agrupados y en calles para cuando llegara el momento de cargarlos en el carro, no tener que perder demasiado tiempo y terminar cuanto antes para bajarlo a las eras e ir formando las cinas.
Primero se segaba el centeno que era el golpe mayor y lo que antes estaba listo. Recuerdo que las eras donde se trillaba, eran un espectáculo con tanta mies acumulada; (pero siempre pensado en el dia que ya estuviera todo listo...” como dice Imelda, para el Cristo...”
Se me ha olvidado que antes de todo esto y ya en el mes de Junio, empezaban a aparecer por el pueblo los trilleros, para con tiempo, ir poniendo a punto todos los triíllos; reponiendo todas las piedras que les faltan o comprando alguno nuevo si fuera necesario.
Era requisito indispensable para la faena de la trilla y al mismo tiempo de ello vician aquellas familias en la apoca de verano a pesar de que les tocaba andar por los pueblos viviendo de una manera bastante humilde.
Recuerdo que el punto de alojamiento fue siempre en casa de David y Teresa los padres de Rufino y demás hermanos y los últimos años de su andadura, en casa de mi madre.
Recuerdo que los pobres hombres solían dormir en sacas de paja en el portal de la casa.
Pero eran unas personas excelentes y trabajadoras, que además, fueron capaces de dar a sus hijos una buena posición en la vida. Bien es verdad, que sus hijos la supieron aprovechar.
Antes de pasar al mes de Agosto, no quiero pasar por alto una de las faenas que se hacían en el Mes de Junio.
Se trataba del esquileo de las ovejas. Más o menos en el mes de Junio cuando ya comenzaba el calor, había que quitarlas el traje de invierno para que renovaran su estilo... y lucieran un poco su tipo...
Hubo algún año que de repente el mal tiempo apareció bien con una nevadita o bien con una granizada y a mas de uno se le arrecieron de frío en pleno monte.
¿Qué se hacia con la lana?. Una parte se dejaba para las necesidades de la casa; como lo necesario para tejer, hacer colchones nuevos, o reponerlos.
Por que no nos olvidemos, que los colchones donde hemos nacido los que tenemos una determinada edad, eran de lana; pero no todo el mundo podía permitirse el lujo de dormir en colchones de lana y tenían que adaptarse en colchones de borra, paja o de maíz.
El resto de la lana, se reservaba para cuando aparecían los laneros o pellejeros que ya estaban ellos muy al tanto del tema...

Tengo que decir que yo núnca husé la segadera, era pequeña, sí recuerdo que mi padre tenía una máquina de segar llevada por dos vacas, alguna vez estuve en la recogida de los haces, les hacíamos montones, para después los mayores, los acinaban, siempre mirando al cielo que no saldría una tormenta eso lo recuerdo bien.