Luces, parques, deporte y aceras
Los alcaldes se decantan por emplear el dinero del fondo estatal en mejorar las pavimentaciones, eliminar los espacios degradados y reformar los lugares públicos de ocio
Los pequeños municipios se lo juegan todo a una sola obra
Muchas escuelas ya sin utilidad acabarán derribadas con el fondo estatal
Las calles de los pueblos palentinos siguen necesitando mucho hormigón
¿En qué van a emplear los ayuntamientos el dinero del fondo estatal que les ha correspondido para intentar disimular la galopante crisis económica y generar empleo? Pues prácticamente en las mismas obras para las que habitualmente solicitan ayudas en las diferentes convocatorias de subvenciones del resto de las administraciones públicas.
Aunque reconocen que el fondo no hará milagros y que los ayuntamientos seguirán siendo igual de pobres y de endeudados que ahora, las corporaciones municipales han recibido el anuncio del dinero como una pequeña lotería inesperada con la que se proponen cambiar la cara de los edificios públicos y el desgastado suelo que pisan los vecinos.
Muchos pequeños ayuntamientos, a los que les ha correspondido menos dinero, se lo juegan todo a una obra, mientras que los grandes han optado por diversificar actuaciones y estirar al máximo un fondo limitado e incapaz de sufragar grandes actuaciones.
Reparación de caminos rurales, pavimentaciones y urbanizaciones de calles, reformas del alumbrado público y arreglos en muchas casas consistoriales serán las obras que más se repitan en los obligatorios carteles anunciadores del destino del fondo estatal del Gobierno, donde también figurarán acondicionamientos en las boleras, remodelaciones de parques y derribos de antiguas escuelas que ya no cuentan con ninguna utilidad. Pero hay también se han programado obras que por su definición anticipan a priori un resultado más espectacular, un cambio de imagen más ambicioso, a la espera de que las expectativas iniciales se acomoden a la realidad.
Así, en Villamuriel de Cerrato se anuncia un circuito deportivo biosaludable en el barrio de Gómez Manrique, mientras que en Guardo se ha apostado, entre otras actuaciones, por la reforma de la antigua escuela de vidrio para su transformación en un albergue turístico superior.
Pero si las obras que se van acometer con este programa extraordinario suponen el vivo reflejo de las necesidades que presenta la mayoría de los municipios, bien puede decirse que se sigue precisando mucho hormigón y cemento para mejorar el asfaltado de las calles, sin olvidar los cambios de los tendidos eléctricos para evitar que los cables, muchos hasta pelados, sigan pasando por encima de las viviendas.
Las anunciadas inversiones no acabarán con el abandono de muchas localidades, porque luchar contra la despoblación requerirá de otros programas complementarios durante muchos años.
Los alcaldes se decantan por emplear el dinero del fondo estatal en mejorar las pavimentaciones, eliminar los espacios degradados y reformar los lugares públicos de ocio
Los pequeños municipios se lo juegan todo a una sola obra
Muchas escuelas ya sin utilidad acabarán derribadas con el fondo estatal
Las calles de los pueblos palentinos siguen necesitando mucho hormigón
¿En qué van a emplear los ayuntamientos el dinero del fondo estatal que les ha correspondido para intentar disimular la galopante crisis económica y generar empleo? Pues prácticamente en las mismas obras para las que habitualmente solicitan ayudas en las diferentes convocatorias de subvenciones del resto de las administraciones públicas.
Aunque reconocen que el fondo no hará milagros y que los ayuntamientos seguirán siendo igual de pobres y de endeudados que ahora, las corporaciones municipales han recibido el anuncio del dinero como una pequeña lotería inesperada con la que se proponen cambiar la cara de los edificios públicos y el desgastado suelo que pisan los vecinos.
Muchos pequeños ayuntamientos, a los que les ha correspondido menos dinero, se lo juegan todo a una obra, mientras que los grandes han optado por diversificar actuaciones y estirar al máximo un fondo limitado e incapaz de sufragar grandes actuaciones.
Reparación de caminos rurales, pavimentaciones y urbanizaciones de calles, reformas del alumbrado público y arreglos en muchas casas consistoriales serán las obras que más se repitan en los obligatorios carteles anunciadores del destino del fondo estatal del Gobierno, donde también figurarán acondicionamientos en las boleras, remodelaciones de parques y derribos de antiguas escuelas que ya no cuentan con ninguna utilidad. Pero hay también se han programado obras que por su definición anticipan a priori un resultado más espectacular, un cambio de imagen más ambicioso, a la espera de que las expectativas iniciales se acomoden a la realidad.
Así, en Villamuriel de Cerrato se anuncia un circuito deportivo biosaludable en el barrio de Gómez Manrique, mientras que en Guardo se ha apostado, entre otras actuaciones, por la reforma de la antigua escuela de vidrio para su transformación en un albergue turístico superior.
Pero si las obras que se van acometer con este programa extraordinario suponen el vivo reflejo de las necesidades que presenta la mayoría de los municipios, bien puede decirse que se sigue precisando mucho hormigón y cemento para mejorar el asfaltado de las calles, sin olvidar los cambios de los tendidos eléctricos para evitar que los cables, muchos hasta pelados, sigan pasando por encima de las viviendas.
Las anunciadas inversiones no acabarán con el abandono de muchas localidades, porque luchar contra la despoblación requerirá de otros programas complementarios durante muchos años.