HERRERA DE PISUERGA: Yo también tengo una anécdota que contar sobre los...

Yo también tengo una anécdota que contar sobre los perros. Allá por el año 76 mis padres aún vivian en el Mercado de Ganado y tenian un macho para las labores del campo que era muy falso y muy malo. Todos los dias, mi padre, cerraba las puertas de la plaza y soltaba al animal para que bebiese agua en un pilón que había ¿os acordais del pilón? Bueno, pués mi hijo José Carlos, que entonces tenía cinco añitos, solía pasar alguna temporada con sus abuelos. Un dia que el macho estaba suelto por la plaza el niño fué donde su abuela y la pidió un pedazo de pan y se lo dió pensando que tendría hambre, se fué hacia el macho para darle el pan, pero el animal reacionó de mala manera y el niño cayo al suelo. Todo esto lo vió una perrita que tenía mi padre, que se llamaba Tula, salió disparada hacia el macho y lo auyentó con sus ladridos. De no ser por ella habría ocurrido una desgrácia, seguro. El niño adoraba a esa perrita y ella a él. También terminó bajo las ruedas de un coche. Un abrazo.
Respuestas ya existentes para el anterior mensaje:
Amigo Maxi, tengo que decirte que me ha gustado mucho tu relato, lo más triste el final del animal, no me extraña nada el cariño entre tu hijo y la perrilla. Saludos.
MaxiMiguel: Preciosa anécdota; queda patente la sensibilidad de la Tula. Cuando leo que los animales ni sufren ni padecen - Lo dijo R. Descartes-, o que son máquinas biológicas - S. Freud- Estoy totalmente en desacuerdo, me quedo con la teoría de S. Francisco de Asín. Un beso.