Está claro que preguntar no sirve de nada, solo existe la callada por respuesta. Parece que si alguien sabe algo teme contarlo. Si a ese alguien le ordenaron hacer algo y lo hizo seguro que no era consciente de lo que representaba y no tiene culpa de nada por lo tanto, si lo cuenta hará un bien.
Por otra parte parece claro que los fantasmas políticos y religiosos de la época tienen algo que ver. Cuantos desmanes se han hecho en nombre de no se sabe quien, las personas pueden tener sus ideales, el ARTE no debería tenerlas lo que pasa es que los artistas solían pensar y eso siempre ha sido peligroso para los que solo sabían mandar y mal. Ha pasado siempre y se ha perseguido a gente que exponía sus ideas en un obra de arte, sin utilizar la violencia por la que tantos han pasado a la historia.
Ahora que deberíamos ser más sensatos todavía existe la ideología, todavía sigue estando mal pensar libremente, a todo el mundo hay que ponerle una etiqueta en la que diga raza, color, ideología y catalogarla según el grado de peligrosidad social que pueda suponer. Pocos se preocupan de conocer a la persona.
Alguien pensó que borrando la obra de Lantada borraría su nombre y su historia. Lo primero, de momento, la ha conseguido pero ha resucitado su memoria en los que, yo me incluyo, desconocíamos su historia. Yo ahora estoy orgulloso de que Lantada fuera de Herrera y, además, demostrase tanta generosidad. Quedémonos con eso, algún día aparecerá el culpable aunque no sirva para nada pero Lantada siempre estará entre nosotros, la gente normal y llana.
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