EL BAILE DEL CEMENTERIO.- (Continuación).
.-> Su merced, el señor visitador, con celo santo y enérgica protesta exhorto y mando 1ª, 2ª y 3ª vez, que en virtud de santa obediencia y so pena de excomunión mayor y de la maldición de Dios y de diez ducados para la obra de la iglesia, para que de aquí en adelante ninguna persona, clérigo y lego, hombre y mujer, mozo y moza de catorce años arriba se atreva a hacer altar en iglesia ni en cementerio ni en la noche ni día alguno ni pongan al dicho santo ni otra imagen para semejantes actos so las penas anunciadas. También ordenó a los curas de la villa que tengan en cuenta, como un sagrado deber, vigilar y ejecutar lo mandado en este particular y denuncien por público excomulgados de sus iglesias y no los admitan en las horas de oficios divinos hasta que vengan a obediencia de la Santa Madre Iglesia.
Ante estas tan serias y graves disposiciones, muy lejos parece que se fueron los “devotos de San Roque” en sus excéntricos comportamientos, desviaciones religiosas y culturales.
Al parecer, el remedio fue eficaz y los feligreses dóciles en acatar la normativa, pues de tal asunto no se ha vuelto a hablar. FIN.
(Un comentario).- EL BAILE DEL CEMENTERIO, alegraba a los mas pobres y les ayudaba a soportar una dura existencia…Mis saludos cordiales..
.-> Su merced, el señor visitador, con celo santo y enérgica protesta exhorto y mando 1ª, 2ª y 3ª vez, que en virtud de santa obediencia y so pena de excomunión mayor y de la maldición de Dios y de diez ducados para la obra de la iglesia, para que de aquí en adelante ninguna persona, clérigo y lego, hombre y mujer, mozo y moza de catorce años arriba se atreva a hacer altar en iglesia ni en cementerio ni en la noche ni día alguno ni pongan al dicho santo ni otra imagen para semejantes actos so las penas anunciadas. También ordenó a los curas de la villa que tengan en cuenta, como un sagrado deber, vigilar y ejecutar lo mandado en este particular y denuncien por público excomulgados de sus iglesias y no los admitan en las horas de oficios divinos hasta que vengan a obediencia de la Santa Madre Iglesia.
Ante estas tan serias y graves disposiciones, muy lejos parece que se fueron los “devotos de San Roque” en sus excéntricos comportamientos, desviaciones religiosas y culturales.
Al parecer, el remedio fue eficaz y los feligreses dóciles en acatar la normativa, pues de tal asunto no se ha vuelto a hablar. FIN.
(Un comentario).- EL BAILE DEL CEMENTERIO, alegraba a los mas pobres y les ayudaba a soportar una dura existencia…Mis saludos cordiales..
