Hay zonas de huertas en las que de forma apasionada y entrañable, se defiende la cultura de las verduras y los productos de la huerta. Como es el caso de esta comarca. Seguramente ese culto a la materia prima que día a día se va revindicando, ha contribuido a redescubrir de forma abierta y casi espiritual estas joyas que se esconden en lo mas inopinados terruños. Aun así, y provocado posiblemente, por los hábitos de vida, la cultura o el esnobismo, sigue siendo habitual observar como las hortalizas no siempre son tratadas con la incuestionable dignidad que merecen.
Hoy en día los distintos productos de la huerta, se están empezando a elaborar a nivel de restauración, dándoles un aire de platos típicos, muy distintos a los que estamos acostumbrados. La sabrosa y humilde lechuga se puede brasear a la parrilla. Ensaladas de espárragos con cremas de almendras, acelgas salteadas con chirivías (esta hortaliza no se si la hay por estas zonas. Es muy parecida a la zanahoria, de color pálido, muy usada en guisos de puchero en zonas levantinas).
Hasta las alcachofas cruda con orejas y salsa de curry... Todos esos sabores tan nuevos tan distintos, van mucho mas allá de la cocina tradicional. Son evoluciones clásicas, aunque evolucionadas, pero sin artificios, con la humildad propia del que cada mañana reúne el excelso producto que nosotros, los clientes, vamos a degustar en unas pocas horas
Hoy en día los distintos productos de la huerta, se están empezando a elaborar a nivel de restauración, dándoles un aire de platos típicos, muy distintos a los que estamos acostumbrados. La sabrosa y humilde lechuga se puede brasear a la parrilla. Ensaladas de espárragos con cremas de almendras, acelgas salteadas con chirivías (esta hortaliza no se si la hay por estas zonas. Es muy parecida a la zanahoria, de color pálido, muy usada en guisos de puchero en zonas levantinas).
Hasta las alcachofas cruda con orejas y salsa de curry... Todos esos sabores tan nuevos tan distintos, van mucho mas allá de la cocina tradicional. Son evoluciones clásicas, aunque evolucionadas, pero sin artificios, con la humildad propia del que cada mañana reúne el excelso producto que nosotros, los clientes, vamos a degustar en unas pocas horas