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HERRERA DE PISUERGA: Querido Pedro, la capa de cebolla que guardaba algo...

Tengo una foto parecida. Reconozco a algunos de los que fueron mis compañeros. Soy el quinto de la fila de abajo, contando de izquierda a derecha. Creo que el primero es Rafa Miguelín, al que nunca olvidaré. El octavo es Atance y el duodécimo creo que se llama Ignacio. El que no ha cambiado nada es el primero de la segunda fila empezando de abajo a arriba, Carlos Corral. Que recuerdos.

Saludos y bienvenido E: Cosgaya; guardo un lejano recuerdo de tí. Debíamos ir a diferente curso. A raiz de tu mensaje he puesto los nombres que he recordado de los chiguitos que aparecen en esta foto. A ver si tú puedes hacer memoria y completamos el puzzle. Desde luego ambos nos acordamos de Carlos Corral y cómo no de los hermanos Atance, que siempre obtenían el diploma de "Puntualidad". Eran los primeros en llegar al Colegio.

Me resulta admirable tanto la capacidad de identificación como el que recuerdes los nombres. Yo me he identificado gracias a tu descripción. La foto está llena de fuerza y vitalidad por el comportaiento frente a la cámara de los como tú dices "Chiguitos" que eso es lo que éramos

Luis, habrás oido decir que nuestos recuerdos son como las capas de la cebolla, los primeras y más internas están frescos, pero las exteriores están más secas y se olvidan con facilidad. Yo mismo me sorprendí cuando hice el recuento, aunque también tuve ayuda de Cosgaya, y pido tu colaboración.
¿Estabas tú en la clase doen la que formábamos dos equipos de ayuda a las misiones? Uno se llamaba Sputnik y el otro Apolo, como los cohetes enviados al espacio en aquella época por los rusos y americanos, respectivamente.

Querido Pedro, la capa de cebolla que guardaba algo de sabor no es capaz de recordar nada de nada pero me parece precioso el equilibrio ruso / americano en la elección de los nombres para los equipos, que ejemplo de tratamiento en los primeros momentos una vez superada la "guerra fría" y ahí estabamos nosotros para ayudar en las relaciones exteriores. Hablando de cebollas hay un recuerdo quizás idealizado de las cebolletas de Herrera, como tengo grabado el olor y dulcor así como la cancioncilla que se repetia de: A arrancar cebolletas que ya viene mayo. No he vuelto a comerlas ni siquiera parecidas, bueno ni las lechugas, tomates, repollos, etc.