¿HABREMOS MEJORADO?
El 5 de febrero de 1995 el Taco decía: En
el mundo mueren diariamente 100.000 personas
por hambre y unas 40000 son niños. Además
1.200 millones no tienen acceso al agua potable,
450 millones sufren hambre de forma continua,
1500 millones carecen de atención médica y 1000
millones viven en la pobreza absoluta.
Ciertamente esto no son verdades tranquilizantes.
Pero la verdad no tranquiliza a nadie, sino que
compromete. Estas sangrientas verdades deben des-
pertar en nosotros un compromiso de solidaridad.
Sólo esta palabra, solidaridad, hecha verdad,
puede vencer esta terrible plaga de miseria absoluta
que padecen dos terceras partes de la humanidad y
que se llam, a hambre. Sin solidaridad nuestro mundo
está abocado al abismo. Es imposible que no pase nada
cuando sólom un 20% de los habitantes de la Tierra
poseen el 80% de los bienes de este mundo. Una tal
desproporción en el disfrute de los bienens económicos,
es una injusticia mayúscula que debería avergonzar
a los hombres del p`rimero y segundo mundo. El problema
radical del Tercer Mundo sólo tiene solución mediante
una masiva acción solidaria de todos los países indus-
trializados. El nuevo nombre de la paz es el desarrollo
solidario de todos los pueblos de la Tierra.
¡Cuánta verdad!... Y el reto sigue vivo.
El 5 de febrero de 1995 el Taco decía: En
el mundo mueren diariamente 100.000 personas
por hambre y unas 40000 son niños. Además
1.200 millones no tienen acceso al agua potable,
450 millones sufren hambre de forma continua,
1500 millones carecen de atención médica y 1000
millones viven en la pobreza absoluta.
Ciertamente esto no son verdades tranquilizantes.
Pero la verdad no tranquiliza a nadie, sino que
compromete. Estas sangrientas verdades deben des-
pertar en nosotros un compromiso de solidaridad.
Sólo esta palabra, solidaridad, hecha verdad,
puede vencer esta terrible plaga de miseria absoluta
que padecen dos terceras partes de la humanidad y
que se llam, a hambre. Sin solidaridad nuestro mundo
está abocado al abismo. Es imposible que no pase nada
cuando sólom un 20% de los habitantes de la Tierra
poseen el 80% de los bienes de este mundo. Una tal
desproporción en el disfrute de los bienens económicos,
es una injusticia mayúscula que debería avergonzar
a los hombres del p`rimero y segundo mundo. El problema
radical del Tercer Mundo sólo tiene solución mediante
una masiva acción solidaria de todos los países indus-
trializados. El nuevo nombre de la paz es el desarrollo
solidario de todos los pueblos de la Tierra.
¡Cuánta verdad!... Y el reto sigue vivo.