Muchas gracias Raúl por el saludo y esos bonitos versos.
Despues de leerte, he releido, casi la totalidad de comentarios de éste albúm, llegando a la conclusión de que los/as que aquí escribimos somos personas "maduras", por eso hago esta reflexión... con "mi" Pisuerga, tranquilo y sosegado, bañando la ribera Aguilarense:
Que duda cabe, de que la primera juventud, que yo viví en éste "mi" pueblo, fue una edad dorada y la recordaré siempre con nostalgia. Una época inolvedable, romántica, emotiva y feliz.
Soy consciente de que la memoria es selectiva, y que esa juventud tan alabada, tan cantada y suspirada, fué una época llena de luchas, de preocupaciones, de negros nubarrones, muchas veces de privaciones y nunca exenta de incertidumbres, zozobras, competencias, temores, rivalidad y ansiedad.
Ha pasado la vida como un suspiro, y ha llegado la madurez, llegando a la conclusión de que lo mejor de ser joven es que ya pasó. Y que aquél torrente que brotaba y corria impetuoso, quizá un poco revuelto, se aclara hasta hacerse transparente. Vuelvo la vista a mis recuerdos y el aire se torna tan puro y diáfano que es posible ver claramente y sin obstrucciones hasta donde la vista alcanza.
La madurez, pienso, no es exactamente el mediodia de la vida, ni la tarde, ni la noche. Más bien, yo diría, que es ese impreciso momento que llega sigiloso con las primeras horas del dia abarcando esos instantes que se disuelven poco a poco al ser tocados por el sol...
Despues de leerte, he releido, casi la totalidad de comentarios de éste albúm, llegando a la conclusión de que los/as que aquí escribimos somos personas "maduras", por eso hago esta reflexión... con "mi" Pisuerga, tranquilo y sosegado, bañando la ribera Aguilarense:
Que duda cabe, de que la primera juventud, que yo viví en éste "mi" pueblo, fue una edad dorada y la recordaré siempre con nostalgia. Una época inolvedable, romántica, emotiva y feliz.
Soy consciente de que la memoria es selectiva, y que esa juventud tan alabada, tan cantada y suspirada, fué una época llena de luchas, de preocupaciones, de negros nubarrones, muchas veces de privaciones y nunca exenta de incertidumbres, zozobras, competencias, temores, rivalidad y ansiedad.
Ha pasado la vida como un suspiro, y ha llegado la madurez, llegando a la conclusión de que lo mejor de ser joven es que ya pasó. Y que aquél torrente que brotaba y corria impetuoso, quizá un poco revuelto, se aclara hasta hacerse transparente. Vuelvo la vista a mis recuerdos y el aire se torna tan puro y diáfano que es posible ver claramente y sin obstrucciones hasta donde la vista alcanza.
La madurez, pienso, no es exactamente el mediodia de la vida, ni la tarde, ni la noche. Más bien, yo diría, que es ese impreciso momento que llega sigiloso con las primeras horas del dia abarcando esos instantes que se disuelven poco a poco al ser tocados por el sol...