A mis nietos, que algún día serán hombres, y para vivir, habrán de recordar.
Y en aquellos días en que no abundaban los hombres de bien, o al menos
yo no veía muchos a mí alrededor, sabed queridos niños, que hubo uno que me sorprendió, e incluso me alarmó un tanto, sospechando de su salud, no se hubiera vuelto loco, pues siendo él, el alcalde del pueblo, y en vísperas casi de unas elecciones municipales, nos anuncia que desde su Ayuntamiento han preparado un homenaje a los hombres y mujeres que en los últimos cuarenta años pusieron su esfuerzo en esas tareas poco agradecidas, y casi siempre incomprendidas, que son las de intentar mejorar la vida de los lugareños desde el gobierno municipal.
Y sabed también queridos niños, que muchos de esos homenajeados fueron y quizá lo vuelvan a ser, sus adversarios, que no enemigos, en las disputas electorales.
Te ruego, amigo, una mención también para aquellos que antes de esos años hicieron esa función, pues en su mayoría les guió siempre la buena voluntad; y si hubo errores, ¿quién está libre de ellos?
Los hombres, Don Feri, y también las mujeres, siempre somos hijos del ayer, y el ayer no lo hicimos nosotros, nos fue dado, y a quienes nos lo dieron hecho, bueno o malo, debemos agradecérselo, pues todos, en el fondo, somos hijos de una circunstancia y, cada quien tiene y vive la suya.
El sábado, cuando los partidos políticos se queden en la puerta, estaré a vuestro lado brindando por ese algo tan escaso en la vida, por la amistad, por nuestros pueblos, porque la paz llene nuestros corazones, por la vida.
Gracias, Don Feri, por pensar en grande.
Nunca fue Castiella de güenos homes vascia.
En S. Mayo del 18.
Rogelio.
Y en aquellos días en que no abundaban los hombres de bien, o al menos
yo no veía muchos a mí alrededor, sabed queridos niños, que hubo uno que me sorprendió, e incluso me alarmó un tanto, sospechando de su salud, no se hubiera vuelto loco, pues siendo él, el alcalde del pueblo, y en vísperas casi de unas elecciones municipales, nos anuncia que desde su Ayuntamiento han preparado un homenaje a los hombres y mujeres que en los últimos cuarenta años pusieron su esfuerzo en esas tareas poco agradecidas, y casi siempre incomprendidas, que son las de intentar mejorar la vida de los lugareños desde el gobierno municipal.
Y sabed también queridos niños, que muchos de esos homenajeados fueron y quizá lo vuelvan a ser, sus adversarios, que no enemigos, en las disputas electorales.
Te ruego, amigo, una mención también para aquellos que antes de esos años hicieron esa función, pues en su mayoría les guió siempre la buena voluntad; y si hubo errores, ¿quién está libre de ellos?
Los hombres, Don Feri, y también las mujeres, siempre somos hijos del ayer, y el ayer no lo hicimos nosotros, nos fue dado, y a quienes nos lo dieron hecho, bueno o malo, debemos agradecérselo, pues todos, en el fondo, somos hijos de una circunstancia y, cada quien tiene y vive la suya.
El sábado, cuando los partidos políticos se queden en la puerta, estaré a vuestro lado brindando por ese algo tan escaso en la vida, por la amistad, por nuestros pueblos, porque la paz llene nuestros corazones, por la vida.
Gracias, Don Feri, por pensar en grande.
Nunca fue Castiella de güenos homes vascia.
En S. Mayo del 18.
Rogelio.
