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Mejores mensajes de SANTA CRISTINA DE VALMADRIGAL:
Solo me queda el tiempo, y no sé cuánto.
Sombras llegan de lejos, susurrando.
¡Qué es hoy, y qué es mañana?
¡Qué es esa sensación extraña?
Esa figura querida, se hace tan cercana…
A veces me sonríe, me tiende su mano.
Como un pájaro azul, se me acerca volando.
O quizá, se parece más a un suspiro flotando.
Se me acerca, me hace ofertas y tratos.
Por qué dimensiones, por qué sustratos, a mi mente te acercas flotando? ... (ver texto completo)
Me cuentan que el otro día, hubo recuento en el cielo, y Dios le comentó a San Pedro que entre los justos que ya en el cielo estaban, echaba en falta a uno al que había mandado llamar varias veces, pero que en el último momento, siempre había cambiado de opinión, y le había dejado un tiempo más en la tierra por ver si con otra dura prueba más,—fueron muchas las que le mandó— le cambiaba un poco el carácter, y dejaba de nombrarle tanto, pues sepáis que nadie en la tierra, tuvo tan frecuentemente el ... (ver texto completo)
Desde la última hoja del calendario, el año se escurre entre nuestros deseos.
Mañana, tras la última campanada, alzaremos la copa para brindar con nada.
Que tu copa, al brindar, se llene de buenos momentos; de amistad, de amor y de paz tu corazón.
Y que no quede vacía la de Rogelio.
HOY.
Hoy, 11/11/17 o casi, una lluvia torrencial de recuerdos va golpeando mi memoria. Estamos en un día gris que amenaza lluvia, aunque a menudo luce un momento el sol, pálido y débil, pero suficiente para romper la monotonía de una luz triste, y dar una esperanza de calor a un día frío, otoñal, que anuncia ya los largos días de invierno.
Mansilla.
Feria de san Martino.
Las calles llenas de gente y de vida.
En la plaza del Grano, a medio camino entre los soportales, el turronero, micrófono ... (ver texto completo)
Estirando la pata voy hacia la calle de abajo.
Buscan equilibrio los pies sobre un zapato.
La cabeza gira en vacío, empezando un remolino.
Jo…, que derecho voy y que torcido el camino.
La gente acude a la plaza
Por la calle de arriba vienen bajando.
Por las de abajo vienen subiendo.
Todos se juntan en medio.
Casi todos charlando aunque hay alguno discutiendo.
Empiezan a repartir la parrillada... (ver texto completo)
Retazos de momentos.

No sé si volvieron alguna vez sus huesos a pisar el polvo de las calles de Santa Cristina, supongo que sí, aunque yo no recuerde, pero es que mi memoria tiene inmensas lagunas, y por desgracia para mí, aumentan día tras día. De todas maneras, creo que su último viaje no rindió parada en el pueblo.
¡Descansa en paz grandullón, que nunca usaste de tu fuerza para asustar a los niños, ni a los grandes!
Aquella tarde, que debió ser en época de la siega, era de las típicas de ... (ver texto completo)
La tarde declinaba
suave, cálida y lenta.
En el parque quedaba
la sombra de una fiesta.
De unos días a esta parte, me asalta con inusitada frecuencia una imagen en un momento muy especial para mí.
En aquel momento me arrancó una carcajada callada y cerrando la boca no fuese que alguien al verme se sintiera o sintiese descubierto y ofendido. Hoy, todos estos días y tantas veces cada día, cuando al recuerdo llega la deliciosa imagen, sigue acudiendo también la sonrisa si no la carcajada, ya no callada. Son ventajas de poder mirar de frente y ver por el lado, así despistas.
Momento solemne, de recogimiento, (el sitio imagínatelo) una madre y su hija (18-20 añitos) preciosa, sentadas una junto a la otra. La madre tras unas gafas de sol parece que siempre apunta al centro y adelante, parece absorbida por el momento, la hija está más distendida, quizá mentalmente ausente, no importa…de pronto, como si obedeciera a un resorte, rapidísimamente, la mano derecha sale disparada hacia la falda de la niña, que quizá habrá ido subiendo más de lo aceptable por la mamá, la obliga a bajar de un tirón, y con la misma rapidez vuelve a cruzarse sobre el regazo como estaba uno segundo antes. La chica, un poco asustada, mira a su madre, que le pega un repaso en total silencio con solo un gesto de la cara, un movimiento de la cabeza y un despectivo volver a la posición de mirar al frente y al centro como si estuviera realmente interesada en lo que estaba sucediendo unos metros más allá.
Estoy convencido que ninguna de las personas que estaban en el contorno se enteró del acto, pero para mí fue un recuerdo de otros días.
¡Que maravilloso instante, que delicia!
¡Dios mío, que hermosura!
En S. 18-05-17 Rogelio. ... (ver texto completo)
Muy chula
Esta primera parte quiero dedicársela a Felicidad por hacerse visible y en especial a una "sombra" alta y seca, larga melena negra, toda espíritu, que un día perdió un paraguas y lo busca por todas partes sin darse cuenta que lo tiene en su mano. Para ellas y para ti lector, que espero puedas identificarte en alguno de los momentos que intento pintar.

Paseando: PASEANDO

Un día de verano, cuando el sol aflojaba un poco su fuego, antes del atardecer, y el hecho de pasear presagiaba buenos momentos, ... (ver texto completo)
Es ya la hora de la vendimia.
Pasó la fiesta, hora de limpiar, entrar el grano en las paneras y la paja a los pajares; arrancar los garbanzos cuando por las mañanas tengamos un poco de rocío y estén más amorosos, que si no, se caerán las vainas y dejaremos muchos en el campo, después los trillaremos cuando a medio día caliente el sol y si hay suerte, a la tarde, cuando se levante el Solano, los limpiaremos a bieldo y quizá duerman ya en casa a la noche. Y los tochos..... si lloviera un poco para ... (ver texto completo)
He andado muchos caminos, he abierto muchas veredas.
He navegado malos mares y no he atracado en sus riberas.
Noche del 15, ya tan lejana.
Fue un agosto del pueblo, calor en el día y por la noche, chaquetita.
Por la pista del baile, como zombi caminaba.
Yo quería hablarle y no podía decir nada.
Un torrente de palabras en mi boca se agolpaban.
Siempre entre la gente, ajena, aunque acompañada, me la encontraba.
Grande un bolso, en bandolera llevaba; alta la cabeza, perdida la mirada, y la ... (ver texto completo)
Esta noche estoy triste.
Me han asaltado, en tropel, un montón de recuerdos y muchos más momentos de realidad.
Comentaba con Miguel, uno de mis queridos enemigos, los achaques que nos están asaltando la relativa tranquilidad y seguridad que nos da la jubilación.
Resulta que unos días atrás, el cuerpo le avisó que estaba llegando a una curva de la irreal carretera por la que circulamos, y que allí, se había de reducir la velocidad, para no salir despedido por la inercia, hacia el barranco hondo, ... (ver texto completo)
Es la hora de los puros.
Las gallinas, los zorros, las culebras, los bueyes con la cerviz bajada, tienen su tiempo y ahora disfrutan regodeándose al sol de febrero.
Hasta los más miserables tienen su día, su momento.
¿Fue Jesús, quien dijo aquello de: quien esté libre de culpa, (pecado) que tire la primera piedra?
Es la hora de los puros.
De los puros de fumar.
¡Que se hagan humo!
A las tres, tocaban a oficio de difuntos.
Había prisas por la casa. Las mujeres corrían de acá para allá. Se iban cambiando de ropa al tiempo que achuchaban a los hombres y niños para que hicieran mismo. Las niñas en esos casos ya se veían mujeres y de tal se comportaban.
¡Vamos, que están dando la segunda y mira como estamos! ¡Niño, que te limpies la cara! Si ya me lavé madre…
El oficio era un tostón, todo negro, cánticos que eran lamentos, rezos murmurados, monótonos, con palabras gastadas ... (ver texto completo)