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Los pueblos de León se quedan vacíos con el paso de los años

Paradilla, ejemplo de localidad habitada por un sólo vecino

El pueblo de Foncebadón, en la Maragatería, está habitado actualmente por cinco personas. LAURA ORIA
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* Defendiendo las campanas de Foncebadón

L. C. León
Al igual queocurre en otras provincias de la geografía española e, inmersos ya en pleno siglo XXI, los pequeños pueblos leoneses, sobre todo aquellos más alejados de la capital, van quedándose sin gente. Tanto es así que incluso alguno de ellos, como el de Quintana (en Cistierna) padece ya el abandono total. En otros, tan solo una persona, una familia o media decena de habitantes figuran como únicos censados de forma oficial. La tendencia general en el medio rural, salvo excepciones puntuales, es por tanto la despoblación.
Así, lugares como Conforcos, situada a 5 kilómetros de Laguna de Negrillos, Paradilla, a 10 kilómetros de La Pola de Gordón, Foncebadón, en la maragatería, o Casasuertes (Burón) y Espinosa de Almanza, son localidades que cuentan con tan solo un habitante o un número de ellos que, en la mayor parte de los casos, no supera el medio centenar.
Tanto Espinosa de Almanza como en Escobar de Campos, ambos en la comarca de Sahagún, están a punto de convertirse en pueblos fantasma ya que en el primero de los casos tan solo habita el pueblo una familia y, en el segundo, superan por poco el medio centenar de censados. No obstante, aunque los empadronamientos continúan descendiendo, en primavera las poblaciones comienzana triplicarse con los “hijos del pueblo”, emigrantes que regresan anualmente a los pueblos cuando cesan las heladas de invierno.
El pueblo de La Cueta, en Cabrillanes, tan solo residen 6 personas, todas ellas pertenecientes a la misma familia, la de Estrella Morán, desde que a finales de los 70 el pueblo comenzó a quedarse vacío. La misma situación se repite en la misma zona, en las localidades de Las Murias, Lago de Babia o Meroy.
En Conforcos viven habitualmente 3 personas, aunque en verano son una decena las familias que habitan el pueblo. Sin embargo, el pueblo llegó a quedarse vacío años atrás siendo el primero en ‘rehabitarlo’ un portugués que llegó hasta aquí el verano pasado.
La situación de escasa población se repite en las mismas cabeceras de comarca de la zona Sur de León, donde la mayoría de los pueblos están habitados por no más de 6 familias.
La localidad gordonesa de Paradilla es otro claro ejemplo de la despoblación en la provincia. Tan solo una persona vive en este pueblo de forma permanente. Los vecinos antiguos se fueron mudando y la localidad presenta hoy un aspecto desértico y solitario.
El pueblo de Foncebadón es otro de los de la provincia afectados por la emigración a las ciudades. Así, estuvo habitado por una sola vecina y, ente momento, son 5 los habitantes de tres familias diferentes.
En la Montaña Oriental leonesa existe un caso similar a los anteriores. En el pueblo de Casasuertes tan solo vive un matrimonio octogenario, el formado por Antonino y Angelina. Viven solos en esta localidad la mayor parte del año, aunque paradójicamente el pueblo se llena de gente y ronda las 200 personas en la época estival, toda una suerte, por aquello de la compañía, para esta pareja que se dedica aún a cuidar de sus vacas y yeguas.
Así las cosas, queda claro que, bien porque los jóvenes emigraron en busca de sustento o bien porque los más mayores se van acercando a “los médicos” en la capital, cada vez los pueblos de la provincia están más vacíos.