Dormir con los sentidos despiertos
arropando los sueños
con los pliegues de la noche
mientras su respiración infante
acompasa el tiempo
sin prisas
como si consiguiera detenerlo
en infinitos instantes que hago míos.
Solo nosotros dos en la habitación
no hay nadie más
no hay nada más
solo nosotros y la eternidad
acomodándose en mi memoria.
Respiro junto a su cálida espalda
inundándome de esa especial fragancia
que desprende su diminuto cuerpo
y me pregunto por ti
en el silencio
y me pregunto por mí
entre tu silencio y el mío…
no hay repuesta
ni la busco
ni la pretendo
ni la espero
ni la necesito
ahora estoy contigo
el Mundo puede esperar.
José Manuel Contreras
arropando los sueños
con los pliegues de la noche
mientras su respiración infante
acompasa el tiempo
sin prisas
como si consiguiera detenerlo
en infinitos instantes que hago míos.
Solo nosotros dos en la habitación
no hay nadie más
no hay nada más
solo nosotros y la eternidad
acomodándose en mi memoria.
Respiro junto a su cálida espalda
inundándome de esa especial fragancia
que desprende su diminuto cuerpo
y me pregunto por ti
en el silencio
y me pregunto por mí
entre tu silencio y el mío…
no hay repuesta
ni la busco
ni la pretendo
ni la espero
ni la necesito
ahora estoy contigo
el Mundo puede esperar.
José Manuel Contreras