Mírate las manos
y sabrás con total certeza
cuál es tu verdadera edad
confesada en silencio
por las arrugas de su piel
por las manchas que la adornan
dicen que por efecto del sol
las venas esculpiendo diminutas cordilleras
pequeño paisaje que es latido de vida
y qué decir de su envés
grabado con líneas mágicas
cual jeroglífico indescifrable.
Cuántas manos
habrán estrechado tus manos
cuántas caricias habrán ofrecido
y cuántas habrán quedado vacías
cuántas pieles habrán acariciado
cuántos rostros
cuántos cuerpos
y cuánta más vida
les queda aún por vivir.
No coartes jamás su libertad
son testigos mudos y sinceros
de aquello que hiciste
y de aquello que tal vez dejaste por hacer
pues ellas te conocen mejor que nadie.
Seguro que no recuerdas
vuestro primer encuentro
ni el placer que te proporcionaron
pero todo queda guardado en su memoria
solo tendrás que aprender a leerlo
permíteles la libertad de volar
allá donde quieran ir
prestas a acoger
siempre
abiertas
siempre
esperando
siempre.
José Manuel Contreras
y sabrás con total certeza
cuál es tu verdadera edad
confesada en silencio
por las arrugas de su piel
por las manchas que la adornan
dicen que por efecto del sol
las venas esculpiendo diminutas cordilleras
pequeño paisaje que es latido de vida
y qué decir de su envés
grabado con líneas mágicas
cual jeroglífico indescifrable.
Cuántas manos
habrán estrechado tus manos
cuántas caricias habrán ofrecido
y cuántas habrán quedado vacías
cuántas pieles habrán acariciado
cuántos rostros
cuántos cuerpos
y cuánta más vida
les queda aún por vivir.
No coartes jamás su libertad
son testigos mudos y sinceros
de aquello que hiciste
y de aquello que tal vez dejaste por hacer
pues ellas te conocen mejor que nadie.
Seguro que no recuerdas
vuestro primer encuentro
ni el placer que te proporcionaron
pero todo queda guardado en su memoria
solo tendrás que aprender a leerlo
permíteles la libertad de volar
allá donde quieran ir
prestas a acoger
siempre
abiertas
siempre
esperando
siempre.
José Manuel Contreras