Si me permites acariciar tu piel
te regalaré una palabra
le propuso la dorada pluma
al inmaculado papel.
Nunca nadie se había acercado
tan cerca como tú lo estás
no sabría qué decirte
respondió ausente y desconcertado.
Primero escribiría una
y después dejaría un espacio
seguidamente una segunda
y después unas frases
todas ellas formarían un párrafo.
Acariciaría todas y cada una de tus páginas
y te colmaría de historias en remotos lugares
paisajes con cielos ausentes de nubes
y bravos bergantines surcando los siete mares.
Serías el verdadero guardián
de leyendas de amor y aventuras
y tras escribir el último capítulo
crearía para ti un sorprendente final.
Pensativo quedó el inmaculado papel
con tan extraordinaria propuesta
prendido de la desconocida palabra
no pudo conceder otra respuesta.
Acaricia cuanto desees mi piel
con el vivo latido de tu tinta
como un compañero fiel
en mi permanecerán para siempre
narraciones que serán o han sido
del gran lector su conquista.
José Manuel Contreras
te regalaré una palabra
le propuso la dorada pluma
al inmaculado papel.
Nunca nadie se había acercado
tan cerca como tú lo estás
no sabría qué decirte
respondió ausente y desconcertado.
Primero escribiría una
y después dejaría un espacio
seguidamente una segunda
y después unas frases
todas ellas formarían un párrafo.
Acariciaría todas y cada una de tus páginas
y te colmaría de historias en remotos lugares
paisajes con cielos ausentes de nubes
y bravos bergantines surcando los siete mares.
Serías el verdadero guardián
de leyendas de amor y aventuras
y tras escribir el último capítulo
crearía para ti un sorprendente final.
Pensativo quedó el inmaculado papel
con tan extraordinaria propuesta
prendido de la desconocida palabra
no pudo conceder otra respuesta.
Acaricia cuanto desees mi piel
con el vivo latido de tu tinta
como un compañero fiel
en mi permanecerán para siempre
narraciones que serán o han sido
del gran lector su conquista.
José Manuel Contreras