He olvidado cómo se conjuga
el verbo perder
si nada tengo
si nada poseo
pues nada me pertenece
es improbable que algo pierda
sin embargo
empiezan a llegar a mis recuerdos
cómo se conjuga el verbo disfrutar
y comenzaré por hacerlo
con aquello que me preste la vida
tan solo en usufructo
cada mañana cuando se acueste la tarde
y cada noche cuando amanezca la madrugada.
Disfruto de la compañía de las amistades
que me salen al encuentro
de la familia que me abraza
y junto a la que camino
del caer de las hojas en los dorados otoños
y de la brisa que acaricia el crecer de la hierba
de los besos sinceros cuando alguien parte
y de los sinceros besos cuando alguien regresa.
Disfrutaré con la ayuda que preste
sin esperar nada a cambio
pues nada me pidieron
cuando a mí me la prestaron.
Disfruté de los caminos que otros anduvieron
y abrí nuevos senderos en tupidas selvas
que conforman lo intrincado de la vida
cuando se empeña en ocultar esperanzas.
Disfrutar de las conversaciones
que entre silencios se pronuncian
y hojear las desconocidas páginas
de cientos de libros preñados de historias.
Habré disfrutado de diferentes instantes
si permito que mis ojos miren
mis oídos escuchen
mis manos acaricien
mis labios besen
mis sueños vivan
y mi vida sueñe
antes de embarcarme
rumbo a la otra orilla.
José Manuel Contreras
el verbo perder
si nada tengo
si nada poseo
pues nada me pertenece
es improbable que algo pierda
sin embargo
empiezan a llegar a mis recuerdos
cómo se conjuga el verbo disfrutar
y comenzaré por hacerlo
con aquello que me preste la vida
tan solo en usufructo
cada mañana cuando se acueste la tarde
y cada noche cuando amanezca la madrugada.
Disfruto de la compañía de las amistades
que me salen al encuentro
de la familia que me abraza
y junto a la que camino
del caer de las hojas en los dorados otoños
y de la brisa que acaricia el crecer de la hierba
de los besos sinceros cuando alguien parte
y de los sinceros besos cuando alguien regresa.
Disfrutaré con la ayuda que preste
sin esperar nada a cambio
pues nada me pidieron
cuando a mí me la prestaron.
Disfruté de los caminos que otros anduvieron
y abrí nuevos senderos en tupidas selvas
que conforman lo intrincado de la vida
cuando se empeña en ocultar esperanzas.
Disfrutar de las conversaciones
que entre silencios se pronuncian
y hojear las desconocidas páginas
de cientos de libros preñados de historias.
Habré disfrutado de diferentes instantes
si permito que mis ojos miren
mis oídos escuchen
mis manos acaricien
mis labios besen
mis sueños vivan
y mi vida sueñe
antes de embarcarme
rumbo a la otra orilla.
José Manuel Contreras