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Ha salido para mí el sol
después de la tormenta
pero sé que también salió para ti
sus caricias alcanzan
los lugares más remotos
los espacios más pequeños
los habitáculos más oscuros
nada puede poner sombras a la luz
si vivimos con el corazón abierto.
Mira la insignificancia de lo que te rodea
y descubrirás toda su grandeza
una gota de rocío
perlando la hoja de un cerezo
la huella descalza de un desconocido
que quedó varada sobre la blanca arena de una playa
una pequeña nube solitaria
surcando el azul del inmenso cielo
el silencio que dibuja un verso
mientras llega de nuevo la palabra.
Nada llenará mejor un vacío
como la limpia mirada de unos ojos
que viven y respiran
que sienten y aman
la inmensidad de lo sencillo
déjales latir al mismo ritmo
que laten las raíces
que abrazan la tierra
o los arroyos
que nacen de las frías cumbres
o las suaves olas
que mecen la mar calma.
Volverá a ocultarse el sol
para regalarse a los que ahora duermen
con la promesa de regresarse
cuando amanezca el día
y de nuevo volvamos a mirar
pues lo que ayer miramos
dormirá en nuestro pasado
y ahora nuestro presente miraremos.
José Manuel Contreras
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Ha salido para mí el sol
después de la tormenta
pero sé que también salió para ti
sus caricias alcanzan
los lugares más remotos
los espacios más pequeños
los habitáculos más oscuros
nada puede poner sombras a la luz
si vivimos con el corazón abierto.
Mira la insignificancia de lo que te rodea
y descubrirás toda su grandeza
una gota de rocío
perlando la hoja de un cerezo
la huella descalza de un desconocido
que quedó varada sobre la blanca arena de una playa
una pequeña nube solitaria
surcando el azul del inmenso cielo
el silencio que dibuja un verso
mientras llega de nuevo la palabra.
Nada llenará mejor un vacío
como la limpia mirada de unos ojos
que viven y respiran
que sienten y aman
la inmensidad de lo sencillo
déjales latir al mismo ritmo
que laten las raíces
que abrazan la tierra
o los arroyos
que nacen de las frías cumbres
o las suaves olas
que mecen la mar calma.
Volverá a ocultarse el sol
para regalarse a los que ahora duermen
con la promesa de regresarse
cuando amanezca el día
y de nuevo volvamos a mirar
pues lo que ayer miramos
dormirá en nuestro pasado
y ahora nuestro presente miraremos.
José Manuel Contreras