Correr con los pies descalzos
sobre la arena de cualquier playa
dejando libres eternas huellas anónimas
como eternos son los suspiros del alma
quedando tan solo su recuerdo
en la memoria de las estrellas sin luna
testigos silenciosos de ese mágico instante.
Respirar el aire que nunca respiraron otros
mientras el viento alborota rebelde mi pelo
mirar como miran los girasoles
la belleza que la vida nos regala
aun siendo incomprendida
por la complicada sencillez
con la que se nos presenta.
Nada permanece más allá
de lo que permanece un instante
tan solo se le otorga vida
pues llega de la mano de otro
tan solo se le presta muerte
pues concede su mano al siguiente
sin cuestionarse por nada ni por nadie
los instantes no piensan
tan solo llegan y desaparecen…
al instante.
Voy aprendiendo a descubrir
la recompensa que el camino me regala
sin necesidad de lograr meta alguna
alcanzarla puede ser tan solo un espejismo
una ilusión que me contaron
quizá otros que nunca llegaron hasta ella
y tan solo la imaginaron
ahora disfruto cada paso llenando mi vida
con la experiencia alcanzada
en el instante preciso en el que la planta de mi pie
se hace uno con la tierra pisada
y prometo no volver a ocuparme
hasta el siguiente paso que decida concederme
estoy seguro de que me lo concederé
pues me he propuesto no volver a dejar mi camino.
José Manuel Contreras
sobre la arena de cualquier playa
dejando libres eternas huellas anónimas
como eternos son los suspiros del alma
quedando tan solo su recuerdo
en la memoria de las estrellas sin luna
testigos silenciosos de ese mágico instante.
Respirar el aire que nunca respiraron otros
mientras el viento alborota rebelde mi pelo
mirar como miran los girasoles
la belleza que la vida nos regala
aun siendo incomprendida
por la complicada sencillez
con la que se nos presenta.
Nada permanece más allá
de lo que permanece un instante
tan solo se le otorga vida
pues llega de la mano de otro
tan solo se le presta muerte
pues concede su mano al siguiente
sin cuestionarse por nada ni por nadie
los instantes no piensan
tan solo llegan y desaparecen…
al instante.
Voy aprendiendo a descubrir
la recompensa que el camino me regala
sin necesidad de lograr meta alguna
alcanzarla puede ser tan solo un espejismo
una ilusión que me contaron
quizá otros que nunca llegaron hasta ella
y tan solo la imaginaron
ahora disfruto cada paso llenando mi vida
con la experiencia alcanzada
en el instante preciso en el que la planta de mi pie
se hace uno con la tierra pisada
y prometo no volver a ocuparme
hasta el siguiente paso que decida concederme
estoy seguro de que me lo concederé
pues me he propuesto no volver a dejar mi camino.
José Manuel Contreras