Tenerte junto a mi pecho
sintiendo latir la vida
con los movimientos libres
de tus brazos y tus piernas
asirte a mis dedos
con tus diminutas manos
como si temieras perderte
en este mundo aún desconocido.
Mirarte como se mira un milagro
que nace de una mujer
de una hija a la que se ama
como se aman las noches
y los días
y los amaneceres y los otoños
y los besos y los abrazos
y las lágrimas que brotan de la felicidad.
Fijar tu sonrisa en mi sonrisa
guardándola en ese único lugar
en el que reúnen alborozados
los recuerdos que nacen
solo de lo que es amado.
Escuchar los incomprensibles sonidos
que descubren tu garganta
a modo de juego
sin decir nada
o quizá queriendo decirlo todo
pues nada es lo que parece
y todo es lo que te resta por vivir.
Maravilloso soplo de vida
que llegas para ser amada
con las manos vacías
sin equipaje ni cargas
con la única obligación de ser feliz
eligiendo solo un verdadero camino
el tuyo.
José Manuel Contreras
sintiendo latir la vida
con los movimientos libres
de tus brazos y tus piernas
asirte a mis dedos
con tus diminutas manos
como si temieras perderte
en este mundo aún desconocido.
Mirarte como se mira un milagro
que nace de una mujer
de una hija a la que se ama
como se aman las noches
y los días
y los amaneceres y los otoños
y los besos y los abrazos
y las lágrimas que brotan de la felicidad.
Fijar tu sonrisa en mi sonrisa
guardándola en ese único lugar
en el que reúnen alborozados
los recuerdos que nacen
solo de lo que es amado.
Escuchar los incomprensibles sonidos
que descubren tu garganta
a modo de juego
sin decir nada
o quizá queriendo decirlo todo
pues nada es lo que parece
y todo es lo que te resta por vivir.
Maravilloso soplo de vida
que llegas para ser amada
con las manos vacías
sin equipaje ni cargas
con la única obligación de ser feliz
eligiendo solo un verdadero camino
el tuyo.
José Manuel Contreras