Miro las olas alcanzar
tímidas la playa
caricias llegadas de lejos
hasta encontrarse
sonrisas de blanca espuma
cenefas sobre la arena
el vuelo de una gaviota
regala su silueta al viento
insignificante belleza.
Camino por el malecón
y descubro dos palabras
escritas frente al mar
desafiando a la Naturaleza
“para ti”
cuan efímero puede ser el instante
confesado sobre la arena de una playa
cuan eterno si queda para siempre
guardado entre los recuerdos.
Escucho rumor de agua
que brota de la cima de las montañas
sobre las nubes
y sin demora recorre
la empinada ladera
que le separa de su destino
es invisible a mis ojos
no descubro su camino
pero sé que está ahí
escucho su risa
huelo su dulce frescura
el bosque le oculta
y le guarda
la mar le espera
no tiene prisa
su tiempo es otro tiempo.
José Manuel Contreras
tímidas la playa
caricias llegadas de lejos
hasta encontrarse
sonrisas de blanca espuma
cenefas sobre la arena
el vuelo de una gaviota
regala su silueta al viento
insignificante belleza.
Camino por el malecón
y descubro dos palabras
escritas frente al mar
desafiando a la Naturaleza
“para ti”
cuan efímero puede ser el instante
confesado sobre la arena de una playa
cuan eterno si queda para siempre
guardado entre los recuerdos.
Escucho rumor de agua
que brota de la cima de las montañas
sobre las nubes
y sin demora recorre
la empinada ladera
que le separa de su destino
es invisible a mis ojos
no descubro su camino
pero sé que está ahí
escucho su risa
huelo su dulce frescura
el bosque le oculta
y le guarda
la mar le espera
no tiene prisa
su tiempo es otro tiempo.
José Manuel Contreras