Me gusta el invierno
por sus silencios
cuando parece
aletargarse el tiempo
y la vida se ralentiza
al igual que las olas
se acercan a la playa
huérfanas de viento.
Desaparecido el cielo azul
un techo de grises nubes
adorna mi entorno
regalándome paisajes
en otro tiempo soñados
donde la Naturaleza descansa
para renacer de nuevo.
Nada es eterno
ni la lluvia
ni las nubes
ni las ausencias
ni las olas huérfanas
ni los lamentos.
Corre el agua libre
por senderos, campos y veredas
saciando la insaciable sed
de la herida tierra;
corre el agua viva
por caminos, carreteras y cunetas
donde aún descansan
anónimos cuerpos
de inocentes asesinados
indecentes ajustes de cuentas
por pensar
lo que otros no pensaban.
Me gusta el invierno
por lo que me cuenta
en sus silencios.
José Manuel Contreras
por sus silencios
cuando parece
aletargarse el tiempo
y la vida se ralentiza
al igual que las olas
se acercan a la playa
huérfanas de viento.
Desaparecido el cielo azul
un techo de grises nubes
adorna mi entorno
regalándome paisajes
en otro tiempo soñados
donde la Naturaleza descansa
para renacer de nuevo.
Nada es eterno
ni la lluvia
ni las nubes
ni las ausencias
ni las olas huérfanas
ni los lamentos.
Corre el agua libre
por senderos, campos y veredas
saciando la insaciable sed
de la herida tierra;
corre el agua viva
por caminos, carreteras y cunetas
donde aún descansan
anónimos cuerpos
de inocentes asesinados
indecentes ajustes de cuentas
por pensar
lo que otros no pensaban.
Me gusta el invierno
por lo que me cuenta
en sus silencios.
José Manuel Contreras