He soñado con la libertad
escuchó la mañana
cantar al ruiseñor enjaulado
poder desplegar mis alas
y batirlas al viento
en las tardes de primavera
mientras el sol acaricia los campos
dejarme llevar
entornar mis ojos
escuchar los ecos de la libertad hallada
y volar.
Volar como vuelan las nubes
y las motas de polvo
y la lluvia cuando cae serena
y la fría nieve
y mi hermano el halcón
y mi hermana la alondra.
Buscar mi alimento
y mi agua
y mi cobijo
sin que me lo procuren unas manos
que añoran un alma libre
sufrir y padecer el regalo que la libertad entrega
a cambio para equilibrar la balanza de la vida.
No sé lo que es la libertad
pero he soñado con ella
y es cuanto deseo alcanzar
para acogerla bajo mis alas
y acariciar su fragilidad
hasta sentirla en cada poro de mi piel
cubierta de este colorido plumaje.
Mi mundo no puede acabar
donde acaban los dorados barrotes
que dan forman a mi jaula
el azul cielo no pueden ser
retales verticales
que troquelan su inmensidad
fino hilos de acero templado
que limitan movimientos
pero que nunca limitarán sueños.
Dime libertad dónde moras
para poder encontrarte
y sentir
la templanza de tu abrazo
antes de partir.
Jose Manuel Contreras
escuchó la mañana
cantar al ruiseñor enjaulado
poder desplegar mis alas
y batirlas al viento
en las tardes de primavera
mientras el sol acaricia los campos
dejarme llevar
entornar mis ojos
escuchar los ecos de la libertad hallada
y volar.
Volar como vuelan las nubes
y las motas de polvo
y la lluvia cuando cae serena
y la fría nieve
y mi hermano el halcón
y mi hermana la alondra.
Buscar mi alimento
y mi agua
y mi cobijo
sin que me lo procuren unas manos
que añoran un alma libre
sufrir y padecer el regalo que la libertad entrega
a cambio para equilibrar la balanza de la vida.
No sé lo que es la libertad
pero he soñado con ella
y es cuanto deseo alcanzar
para acogerla bajo mis alas
y acariciar su fragilidad
hasta sentirla en cada poro de mi piel
cubierta de este colorido plumaje.
Mi mundo no puede acabar
donde acaban los dorados barrotes
que dan forman a mi jaula
el azul cielo no pueden ser
retales verticales
que troquelan su inmensidad
fino hilos de acero templado
que limitan movimientos
pero que nunca limitarán sueños.
Dime libertad dónde moras
para poder encontrarte
y sentir
la templanza de tu abrazo
antes de partir.
Jose Manuel Contreras