Sácame de este tiempo
en el que la sinrazón
la soberbia y el empecinamiento
desgobiernan;
bramó ahogado El Silencio.
No quiero escuchar más mentiras
no quiero escuchar más engaños
que broten de las infectas bocas
de mujeres y hombres
a los que sus semejantes
les importan nada.
Ya pasó mi tiempo
y ahora debe regresar la palabra
aquella que fue expulsada
por sátrapas, ignorantes y desalmados
que manipularon sus significados
haciendo de mentiras verdades
invertebrando cada vocal
luxando cada consonante
hasta su agotamiento y desesperanza.
No es necesario sentarse
a una mesa regada de viandas
no es imprescindible ocupar
cómodos sillones de lana o cuero
deberían sentarse sobre el suelo
sobre la tierra desnuda
hasta escuchar su latido y sus lamentos
en círculo
donde cada mirada
observe cada mirada
y toda palabra pueda ser dicha
y toda palabra pueda ser escuchada.
Ya no es tiempo de silencio
ahora es tiempo de palabras.
Jose Manuel Contreras
en el que la sinrazón
la soberbia y el empecinamiento
desgobiernan;
bramó ahogado El Silencio.
No quiero escuchar más mentiras
no quiero escuchar más engaños
que broten de las infectas bocas
de mujeres y hombres
a los que sus semejantes
les importan nada.
Ya pasó mi tiempo
y ahora debe regresar la palabra
aquella que fue expulsada
por sátrapas, ignorantes y desalmados
que manipularon sus significados
haciendo de mentiras verdades
invertebrando cada vocal
luxando cada consonante
hasta su agotamiento y desesperanza.
No es necesario sentarse
a una mesa regada de viandas
no es imprescindible ocupar
cómodos sillones de lana o cuero
deberían sentarse sobre el suelo
sobre la tierra desnuda
hasta escuchar su latido y sus lamentos
en círculo
donde cada mirada
observe cada mirada
y toda palabra pueda ser dicha
y toda palabra pueda ser escuchada.
Ya no es tiempo de silencio
ahora es tiempo de palabras.
Jose Manuel Contreras