He visto despedirse los girasoles
y las olas que bañaban las playas
rebosantes de juegos
y de risas infantiles.
He visto miradas a ningún lugar
perderse entre los recuerdos
que lentamente enhebra el tiempo
a las sombras que en silencio nos persiguen.
Nada de lo ya vivido regresará mañana
una vieja estación se anclará en nuestro pasado
como las hondas raíces se abrazan a una tierra
que siempre está presta a la espera.
Una nueva estación nos aguarda
el tren no se retrasará por un pasaje
que desordenado deambula por el andén
en todas direcciones
una vez que haga sonar su silbato.
¡Viajeros al tren!
Próxima estación
el otoño.
No todos subimos a ese tren.
Jose Manuel Contreras
y las olas que bañaban las playas
rebosantes de juegos
y de risas infantiles.
He visto miradas a ningún lugar
perderse entre los recuerdos
que lentamente enhebra el tiempo
a las sombras que en silencio nos persiguen.
Nada de lo ya vivido regresará mañana
una vieja estación se anclará en nuestro pasado
como las hondas raíces se abrazan a una tierra
que siempre está presta a la espera.
Una nueva estación nos aguarda
el tren no se retrasará por un pasaje
que desordenado deambula por el andén
en todas direcciones
una vez que haga sonar su silbato.
¡Viajeros al tren!
Próxima estación
el otoño.
No todos subimos a ese tren.
Jose Manuel Contreras