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PUENTE ALMUHEY: La fina piel...

La fina piel
que guarda las palabras
protege la verdad de su esencia
ante la manipulación vergonzante
de quienes impunemente las pronuncian
en aras de intereses generales.

La palabra en sí no es mentira
la palabra en sí no engaña
cuidémonos de los alquimistas del lenguaje
guardémonos de los aprendices de trileros
que ocultan tras la falsa risa de la hiena
la verdadera indecencia de sus decisiones.

Debe ser gracioso para ellos
anunciar que te van a quitar tu casa
esa que tanto te costó conseguir
debe ser gracioso para ellos
decir que tus hijos no podrán estudiar
como antes otros lo hicieron
debe ser muy gracioso para ellos
comunicar que las medicinas se ‘repagarán’
como nunca antes se han ‘repagado’
debe ser gracioso para ellos
tolerar la indecencia del político de turno
y reírles las gracietas a los amigos adversarios.

Hoy recortas tú –se dicen–
mañana que recorten otros;
de diez tú te llevas una
cuando sumas
de diez yo me llevo dos
cuando resto.

La fina piel
que guarda las palabras
nos permite siempre descubrir
la verdad de sus engaños
sin embrago
su desvergüenza
tolerada por la democracia dirigida
cada cuatro años
encarama al poder la indecencia de los unos
frente al silencio y la complacencia de los otros.

Generaciones lucharon por principios
ahora pisoteados y suprimidos
de la noche a la mañana
por sus disposiciones y sus… decretos.

No es moral
todo lo que dicen ser legal
pues con sus leyes permiten
lo que la moral no admite.

Las leyes las hacen ellos
para sus propios beneficios
cambian o eliminan aquellas que no les convienen
y que antes beneficiaban a otros
no cambian o eliminan las leyes
que permiten y toleran la indecencia y la corrupción
empero
cambian o eliminan
aquellas que nos hacen más iguales
cambian o eliminan
aquellas que permiten la libertad de expresión
de decisión, de reunión, de educación…,
y pretenden cambiar o eliminar
las que permiten la libertad de pensamiento.

Deja que la fina piel
que guarda tus palabras
proteja la verdad en ellas contenida
y grítalas al viento
siempre que puedas
y que su eco lo recojan otros
sumando a tu grito el de todos ellos.