«En este momento dramático del mundo, el artista debe llorar y reír con su pueblo. Hay que dejar el ramo de azucenas y meterse en el fango hasta la cintura para ayudar a los que buscan las azucenas. Particularmente, yo tengo un ansia verdadera para comunicarme con los demás. Por eso llamé a las puertas del teatro y al teatro consagro toda mi sensibilidad»